viernes, 10 de junio de 2011

Construir la revolución



Diario de la plaza
I
Llegué a Madrid en la mañana. Los anuncios: "construir la revolución" me hicieron pensar en una nueva estrategia publicitaria que, utilizando el movimiento del 15-M, lo resignificaban, publicitando un producto del capitalismo tardío. Sin embargo, no... Es una exposición sobre arte y arquitectura en Rusia en los primeros años de la revolución... A pocos kilómetros de allí se está intentando, no sin dificultades, construir un movimiento de divergencia socio-política.
II
Néstor García Canclini, en La sociedad sin relato, reconstruye una propuesta sobre el arte, retomando, a su vez, la divergencia planteada por Ránciere. Para éste, si no hay divergencia, disenso, hay consenso, es decir, hay policía. Construir la revolución, resulta paradójica, mientras se muestran en los edificios, construidos por el estado soviético, para trabajadores/as, con extensos pasillos para propiciar el intercambio social, no deja de generar rechazo los encierros de artistas y arquitectos que se enfrentaron al sistema soviético.
III
Dos imágenes: el edificio Gosprom de 1929 en Járkov (Ucrania) y Tsentrosoyuz de 1929 y 1936 de Le Corbusier, sede de la unión de Cooperativas de Consumo. Extensos pasillos permitían el intercambio social. Paralelamente, la represión apagaba la creatividad.
IV
En España, las plazas siguen experimentando el movimiento de cuerpos que zigzaguean al ritmo del movimiento de la indignación. Entre irónica y paradojal resulta la exposición: “Construyendo la revolución”.