miércoles, 25 de enero de 2012

Vik Gómez Ferrer y su elogio al silencio

Neobarroco en diciembre: un otoño en Estado de excepción
A propósito del último artefacto poético de Viktor Gómez Ferrer

I
El último artefacto poético de Viktor Gómez Ferrer: diciembre, es parte de una máquina de tres piezas. Ya desde el inicio nos alerta sobre los estados de excepción, introduciendo una cita de Walter Benjamin, sobre el concepto de historia. Hay que producir estados de excepción, como reglas, dice Benjamin, esa es la tarea del comunismo, a diferencia de Schmitt que proponía el estado de excepción como normalización de la dictadura.
En Vik el estado de excepción es la poética en momentos de abundantes crisis que sacuden y movilizan los alicaídos y paralizados cuerpos de la subjetividad. Poética más que poesía, poética de cruces y encrucijadas más que poesía como normalización de la dictadura estética del mercado. Por eso, más que Schmitt es Benjamin quien lo precede a este diciembre cargado de inestabilidades.

II
La poética siempre ha sido difícil de comprender y asumir ya que rompe con los géneros y las separaciones arbitrarias: la poesía, según esta visión, debe estar en los versos y la narración en el cuento o la novela, pero encontrar poesía fuera de la poesía no ha sido el modelo convencional, a excepción de ciertas propuestas vanguardistas o neovanguardistas cerradas a un conjunto de experimentadores o para estudio de cátedras universitarias. En Vik nos encontramos con el afuera, la desolación del texto no requiere de acogidas ni en la página del libro porque ya no hay libro.
Mezcla de imágenes (grabados de Curiel), portentosos espacios en blanco que invitan al silencio del lector, y sobre el margen, unas breves líneas trazadas sobre la inmensidad infinita del espacio en blanco.

III
En Gilles Deleuze la idea de neobarroco que aparece en El pliegue. Leibniz y el barroco, se vincula con los pliegues como movimientos incesantes que van del texto a la imagen, de la imagen a la escritura, de la voz que estalla al silencio y éste se desprende del cuerpo de la catedral barroca. Pliegues y despligues. Vik se despliega en diciembre y, en este otoñal enero, se pliega. Nos busca en las voces marginadas y marginalizadas, busca a esas voces, a esos cuerpos detrás de un escuálido cuerpo de la letra. Espacio en blanco…

IV
Cage en 4’55’’ elogia el silencio… Vik en diciembre nos interpela desde los espacios en blanco, para tanto grito nos deja el susurro de la palabra.