Cuerpo, ideología: hacia un cuerpo utópico
Si
se analizan “los objetos” (porque son objetivados y no subjetivados) sobre los
que el fascismo construye sus discursos e imágenes: el feminismo, el movimiento
LGTBI, los/as inmigrantes, los/as refugiados/as, implican la desaparición de un
exterior que se objetiviza en su
consideración de ideologías sin cuerpo. Cuando se refieren a “ideología de
género”, están –en su insistencia retórica- y con el eco de los medios de
comunicación, colocando una imagen fija, una fotografía sin claroscuros y sin
discusiones sobre su trasfondo. Similar es la apelación a la ideología de la
seguridad (sobre los inmigrantes), dónde construyen –sin cifras ni datos- un
relato sobre esos otros que vienen a
Europa a delinquir. Sin embargo, es el cuerpo el expulsado de la ideología, y
más aún, el cuerpo “utópico”.
Antes de ganar las elecciones
de Brasil Bolsonaro, J. Butler fue co-organizadora de la conferencia: “¿El fin
de la democracia?”. Cuando se encontraba, para partir, en el aeropuerto de São
Paulo, fue agredida e insultada, pero, paradójicamente, no por la pregunta de
la conferencia (muy sintomático) sino por transgredir las categorías de la
ideología sexual dominante (la marcación hombre-mujer), para liberarlas, en
forma creativa, de los vectores de la sexualidad disidente. Meses después,
Bolsonaro ganaba las elecciones de Brasil. El desmontaje crítico de la
normatividad sexual que pone en circulación Butler, molesta y tiende a ser
ignorado –entre otras instituciones, en muchas universidades-.