Blog de Víctor Silva Echeto. máquina de escritura que, en su exceso, fagocita significantes.
jueves, 3 de febrero de 2011
La plaza en El Cairo y en Internet
La plaza, Internet y la revolución.
I
Mucho se habla, en estos días, producto de las movilizaciones en Egipto y de los enfrentamientos, de la importancia de Internet para los nuevos (o no tan nuevos) movimientos sociales. Así las cosas, se desprende, de ese discurso neofuncionalista, que youtube, facebook, blog, msn, y otra serie de siglas, prefijos, anglicismos y neologismos, en una época sin nombres propios, son los causantes y los consecuentes del proceso revolucionario (en algunos casos, y en otros, no tan revolucionarios) que se está viviendo. No obstante, en las plazas, mal que le pese a los neofuncionalistas, los cuerpos (biopolítica), los rostros, también, desafían a las estructuras de poder/dominante. Es verdad, esto suena a añejo, pero la revolución, además de las cartografías virtuales, requiere de cuerpos sin órganos (Deleuze-Guattari), de micropolíticas corporales y de miradas que, desde sus rostros, no conciben más poderes que los que se producen en la inmanencia del acontecimiento de lo inesperado.
II
La semiótica de la plaza es la potencialidad de signos (significantes y asignificantes) que mapea los choques de fuerzas que se producen en su interior. Son conocidas las connotaciones de la plaza de mayo en Buenos Aires: lugar de independencia, de madres y abuelas que, con sus pañuelos blancos y fotos de sus hijos o nietos desaparecidos (llamadas por los militares y los medios de comunicación afines, las locas de la plaza de mayo) desafiaron (y desafían) la dictadura y la postdictadura complaciente con aquella; la Plaza de Armas de Santiago (Chile) que pasa de lugar de la independencia a visibilizar la migración de países vecinos (fundamentalmente, de Perú y Bolivia), quienes desafían a medios de comunicación que estigmatizan sobre “ese otro” no reconocido/ni desconocido sino máquina de visibilización del racismo mediático.
La plaza de la Constitución en México (DF), donde en 1844 se colocó un Zócalo para instalar un monumento a la Independencia de México… En 1968 otra plaza, la de las Tres Culturas de Tlatelolco fue escenario de una de las principales matanzas de estudiantes e intelectuales en México. La plaza de Tian'anmen o plaza de la Puerta de la Paz Celestial (chino simplificado: 天安门广场) fue en 1989 donde se produjo otra de las principales matanzas de estudiantes por parte del gobierno chino.
Es decir, el poder semiótico, indicial e icónico de las plazas no se reduce a ser un apéndice de Internet. En sus huellas se encuentran las tramas y texturas de la revolución, de la matanza, del enfrentamiento, de la liberación y opresión. Sus engranajes son los de una máquina que produce el/ los acontecimiento/s.
III
Es otra la plaza que se visibiliza en el Cairo. La Plaza Tahrir o Plaza de la Liberación se transformó en el epicentro de la tensión y los enfrentamientos, tras una noche en la que se contaban cinco muertos y cientos de heridos entre los manifestantes. El Ejército ha adoptado una enigmática posición (luego de su “veneración” en Occidente), sin acercarse demasiado a la plaza y se ha limitado a arrojar bombas de sonido entre uno y otro bando para frenar los choques.
De hecho, tampoco actuó para tratar de impedir los disparos, y los propios manifestantes tuvieron que hacer un cordón de seguridad, para impedir que los pro Mubarak accediesen a Tahrir. A su vez, tuvieron que dedicarse a detener a los sospechosos y, en más de una ocasión, cuando descubrían que era un policía de paisano, se organizaba un gran tumulto e intentos de linchamiento.
IV
Fue Michel Foucault, quien se refirió a los nuevos fascismos que emergían en el siglo XX. También, su propuesta para una “vida no fascista”. Posteriormente, Gilles Deleuze, alertó sobre los neofascismos que, empaquetados en discursos, visibilidades e invisibilidades, muestran la cara que todos quieren ocultar pero aparece en el momento menos pensado.
Occidente que alentó, promovió y respaldó a Mubarak, ahora lo aliente, promueve y respalda para que deje el poder. Alemania, entre otros países, le brinda asilo. Su aliado no puede ser abandonado en estos momentos. Estados Unidos transverzalisa signos y pasa de aliado a pedirle que abandone el poder.
Mientras tanto, el pueblo emerge, los cuerpos sin órganos y los rostros desafían, se lanzan a las plazas “reales” y “virtuales”. No es sólo Internet, es el deseo de memoria y de revolución.
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