miércoles, 28 de noviembre de 2012

martes, 27 de noviembre de 2012

Suicidios y desahucios

En torno a los suicidios y los desahucios en España




A Amalia Egaña y todos/as aquellos/as que se han suicidado o lo han intentado por causa de los desahucios.

El tema de los suicidios ha adquirido en España otro tono y otra carga, luego de que en los últimos meses –y, entre otros sitios, en la Comunidad Valenciana- se produjeran tres suicidios y el intento de una cuarta persona, cuando fueron o intentaron ser desahuciadas. Mientras esto escribo, los medios anuncian el cuarto suicidio, en lo que va de los últimos dos meses, producido esta vez en Navarra. Menciono cuatro pero seguramente son más y esa cifra solo es computada por los medios masivos de comunicación, cada vez más centrados en autoproclamarse y auto-mencionarse, pero con escasas posibilidades de transformarse en ecos de una sociedad angustiada por la situación político-económica por la que atraviesa España, desde que la derecha del Partido Popular llegó al gobierno hace un año.

El caso notorio fue el de Amalia Egaña, ex concejala socialista, quien luego de suicidarse, fue acusada, por parte de algunos tertulianos (especie de periodista que funciona como portavoz del medio que les paga) de que su muerte fue auto-producida porque estaba separada de su marido, porque tenía otras deudas y, ya en la pornografía total, consideraron que su acto podía considerarse “egoísta” en la medida en que dejaba a su familia con todas las deudas. Los bancos, mientras tanto, seguían provocando desahucios.

El suicidio, mal que le pese a la cultura monoteísta –y en particular al catolicismo- no es lo que se opone a la vida sino su contracara, su aporía –me atrevería a decir utilizando una terminología deconstructivo-filosófica-, es decir no hay vida sin muerte, ni suicidio que no sea liberación de la vida. Diversos casos notorios como los de Walter Benjamin (suicidándose perseguido por la Gestapo), Gilles Deleuze (liberándose de una enfermedad terminal) u otros menos notorios, dan cuenta de una inflexión que produce el suicidio, llamando la atención sobre la opresión a la que conduce el capitalismo.

El tema de los desahucios no es una novedad sino que el incremento de los mismos en España, llegando a la cifra que supera los 500 por día, llama la atención y, a su vez, implica una nueva manera de enfocar el incremento de viviendas en propiedad de los bancos y, paralelamente, la perdida de las mismas por parte de las familias, llegándose a extremos que son los de los bancos con numerosas propiedades vacías y varios cientos de miles de familias en la calle. El suicidio, entonces, implica una manera de llamar la atención, por un lado, y, por otro, un acto que debería de concebirse de acción- resistencia y no de pasividad- desistencia. Es comprensible que esta lectura genere muchas polémicas, en la medida en que puede leerse, también, que detrás de los suicidios se encuentre el asesinato del capitalismo en esta etapa mediática, sin embargo, hay diversos casos que podrían considerarse como un acto de enfrentamiento y, paralelo a ello, de liberación.

Habría, por tanto, que producir diversos actos de enfrentamiento a las políticas neoliberales que vienen generando las alianzas entre el gobierno del Partido Popular, Convergencia I Unió en Cataluña, por mencionar los dos casos más reconocidos. Mientras el Rey se opera de la cadera por segunda vez en una clínica privada, producida esa lesión cazando Elefantes en África, miles y miles de ciudadanos son expulsados de sus viviendas, mantienen las deudas y se quedan en la calle sin más que unos mínimos bultos de carga que les quedan, como liberándose de lo material y encarcelamiento en la inmaterialidad del dinero. Metáfora del capitalismo actual.

Víctor Silva Echeto

Escrito en Valencia, a 27 de noviembre de 2012.