jueves, 23 de diciembre de 2010

Desterritorialización

En viaje…
Una poética de amor a Chile.
A Luana, unos encandilados ojos solares que se dirigen a un invierno que busca el sol.


Los viajes siempre son singulares. Son filosóficos por esa singularidad. Los nómadas no pueden dejar de viajar, de transitar, no hay travesía sin caminos. Emprender un nuevo camino es emprender una travesía, una geográfica topografía desterritorializada. Ya no hay vuelta atrás ni al origen ni al final. Solo viaje.
El avión despegó, otro destino quedó atrás. Otra vida, otros amigos, otras amigas, la vida es singularidad, es un viento que moviliza, un sismo que desmoviliza los aterrados cuerpos que no se sienten cómodos en la sedentaria inmovilidad de lo cotidiano.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Paradojas de la cárcel


Paradojas de la cárcel.
I
En Uruguay, una de las principales cárceles de presos políticos, durante la dictadura cívico- militar se ubicaba a las afueras de la ciudad de Libertad. De ahí su nombre: cárcel de Libertad. Era la demostración –de esa metafísica de la libertad- paradójica de un país: encerrado en los límites fronterizos del Estado- nación y con la ilusión –del porvenir (diría Derrida)- de una libertad inalcansable (otro juego deconstructivo).
Otra de las cárceles se ubicaba en el barrio Punta Carretas –el punto más al sur del Uruguay-. Entrada la “democracia”, el gobierno postdictatorial de Julio María Sanguinetti, instaló un Shopping Center, pero con la estética carcelaria. Un golpe a la memoria, herida, fracturada, castigada…
II
Rocha, es una ciudad de Uruguay de 23.500 habitantes. Esa ciudad tenía más de cien presos. La madrugada del 8 de julio de 2010, fue una de las más frías. Para calentarse el cuerpo, los presos prendieron unos fuegos artesanales…. Todo terminó en un incendio en el cual perecieron 12 de ellos. Pudieron con el frío pero no con la muerte.
III
Uno de los principales centros culturales de Valparaíso se llama la “ex cárcel”, justamente porque allí existió un centro de reclusión. En ese centro fueron encarcelados presos políticos. El cambio es de tono…
Esta vez ni Shopping, ni hacinamiento, sino centro cultural: una ironía o un juego.

IV
En Chile siguen los motines, luego del incendio del penal de San Miguel, en el que murieron 81 presos. Sin embargo, los medios de comunicación masivos no hablan de motines, sino de desórdenes. La fuente –como siempre- es oficial/ oficiosa: “nosotros hablamos de desórdenes. Un motín es cualquier espacio que la población penal gana (…) y no permite el control de los funcionarios de Gendarmería”, dijo el director de esa repartición Masferrer (La tercera, viernes 17 de diciembre, pág. 24). Ahora, además, la situación de hacinamiento, tortura, falta de condiciones para vivir al interior de la cárcel, lo que ya de por sí es difícil, no son las que producen los hechos como la muerte de 81 personas hacinadas y calcinadas al interior del penal, sino “las armas hechizas encontradas al interior fabricadas por los presos”, las bebidas “alcohólicas” que elaboran los presos y los celulares encontrados al interior, con los cuales se comunicaron, entre otros, con los canales de televisión para denunciar las condiciones en las que (se) (los) encuentran (encontramos).
Por tanto, la solución es impedirle el uso de celulares y cortarles el contacto con las antenas.
Llegará la navidad y todo se volverá consumo navideño… Al interior de la cárcel sólo el sintagma de dejar morir fractura el hacer vivir –inversión de la biopolítica moderna planteada por Foucault-. O, en otra variante, la pregunta de si ¿los subalternos pueden hablar? Solo el rumor espectraliza la respuesta…

sábado, 4 de diciembre de 2010

Teletongo II


Teletongo II
I

Mientras la televisión sigue con su show -sociedad del espectáculo, diría Debord- de la tele- tongo, los/las habitantes de Rapa Nui son reprimidos. Militarización de Isla de Pascua (como antes se militarizo la zona Mapuche, las universidades, los liceos, etc.) al son de la música de Ricky Martin, Juan Luis Guerra y “jóvenes” (algunos/as que superan los 40) que dan el ejemplo de que “no hay que militar”, “no hay que resistir”, hay que bailar que la “vida es bonita”. Don Francisco ofrece un crédito para la navidad, vende leche, yogures, chocolates, refrigeradores, televisores… Todo sea por la tele-tongo…
II
La comunidad de Rapa Nui está indignada, la prensa escribe unas pocas páginas burlonas con versiones oficiales. Dice La Tercera: “El análisis de las autoridades es que la fuerza del movimiento de tomas se ha desgastado y que quienes las apoyan no son más de 100 o 120 personas, sobre una población de 5.300”. ¿Análisis de las autoridades?, eso enseñan en las escuelas de periodismo. Es decir, el periodismo como vehículo de las autoridades, como versión oficial –oficiosa-. Mientras tanto bailamos a ritmo de la tele- tongo. Don Francisco ofrece el nuevo auto cero km, lo puede financiar con el crédito anterior…
III
Michel Foucault –pensador francés- se preocupó durante 30 años por develar los mecanismos de ocultamiento de la verdad. Su biógrafo el periodista Didier Eribon, indicó que esas posturas de Foucault deberían de incorporarse en un periodismo de “intervención”. En Chile hay escaso periodismo crítico y de intervención –y aún menos Escuelas Universitarias- que se preocupe por develar la verdad, solo es apariencia, show –espectáculo en inglés-; reality transformado en campo de concentración (tesis Agamben). Sigamos bailando al ritmo de la tele- tongo. Don Francisco promueve vacaciones en el Caribe con viaje por LAN, todo financiado con el crédito anterior que fue financiado por el crédito anterior del anterior…
IV
Hoy, finalmente, termina la tele- tongo. Esta noche muchos estarán felices. Nuevamente, Don Francisco –amigo de Pinochet, de Lagos, de Frei, de Bachelet, de Piñera- sin colocar un solo peso en apoyo de la Teletón, llamará a la unidad. Fin de la memoria, del pasado de tortura y del presente de represión… Todo sea por el bicentenario. “Algo habrán hecho por la historia”… Tirar un manto de olvido.

viernes, 3 de diciembre de 2010

LA TELETONGO


La tele tongo: Don Francisco y Pinochet.

I

Porque la generosidad no se mercadea. Porque estamos cansados de preguntar si podemos pedir una silla de ruedas. Porque la generosidad no requiere de quienes nos consumen la vida con intereses de prestamos de prestamos, cuando –ellos- nos deberían de pedir prestamos a nosotros por tanto que nos han sacado con nuestro trabajo. Porque no somos “discapacitados” sino que los discapacitados son los que se creen capacitados. Porque “tele” es distancia, imagen, pantalla, “ton”, es tongo.

II
Porque la sociedad del espectáculo, mal que le pese a Habermas, no es consenso, no es acuerdo, es un show de “personajes” que –haciendo el papel de periodistas- dicen que “aquí no suena el teléfono no suena por si acasos”. “Acasos” son los millones de pesos y de chilenos que pensarán –como Habermas- que el consenso es la televisión y no los millones de chilenos/chilenas que vemos día a día por las calles sin piernas, manos, dedos, cabezas cortadas, niños/niñas sin vida (sólo zoe no bios), es decir, muertos en vida.

III
Una imagen: Don Francisco y Pinochet –está en el blog- otra Don Francisco con Piñera, Teleton… Perdón TELETONGO. ¿No es posible una cruzada para los desaparecidos? ¿Y los actuales presos políticos? ¿Y los mapuches? Morandé y el canciller, cuidado el primero es el que tiene compañía en la televisión…
IV
Uruguay, entró al circo hace unos años, también tiene su teletón… Perdón, su Teletongo. Mientras tanto Mujica –ex tupamaro- militariza los sindicatos.

Recomiendo leer: http://www.elciudadano.cl/2010/12/03/teletongo-%C2%BFel-fin-justifica-los-medios/

Wikileaks: nuevos cables sobre política internacional

Ver Wikileaks
http://213.251.145.96/

martes, 30 de noviembre de 2010

Presentación del libro "Ópticas de la modernidad".

Presentación del libro Ópticas de la modernidad.
Miércoles 1 de diciembre.
12 hs.
Universidad de Playa Ancha.


La desviación de la mirada en la modernidad.
A propósito de Ópticas de la modernidad de Álvaro Cuadra.

Víctor Silva Echeto.

I
En Walter Benjamin. Ópticas de la modernidad, Álvaro Cuadra traza un conjunto de cartografías sobre las modernidades en plural, no como homogeneidad- singularizada, sino como heterogéneas miradas que se cruzan entre abigarrados espejos deformantes. El mismo textualista reconoce que el término modernidad es “equívoco y evasivo (…) pero posee la ventaja de ser admitido por todos, aunque su sentido último sea objeto de debate” (Cuadra, 2010: 15).
Si focalizar el texto en Walter Benjamin es una estrategia teórico- metodológica, las otras máquinas textuales (o discurso- visuales, en una terminología más cercana al Foucault que lee Deleuze) que convoca, interrogan y desafían a las modernidades desde una actualidad hipermoderna que se transforma en un devenir de aquellas. Ya la idea de ópticas, da cuenta de la intención visual del ensayista, y unida, en el sintagma, a la de modernidad, asume la caracterización fundamentalmente visual de esta época, tal como lo ha consignado, entre otros, Martin Jay.
La máquina textual de Cuadra convoca a las voces (en el sentido polifónico de Bajtin) de Walter Benjamin, Julio Verne y Julio Córtazar pero, también, se perciben los ecos sonoros de Borges, Ferdinand de Saussure, Roland Barthes, Krakauer, Adorno, Derrida, el dodecafonismo y la música atonal, la poética visual, el letrismo y el situacionismo, la antropofagia, la crítica cultural (no en un sentido, simplemente, filosófico sino como desafío a la cultura sustantiva y mayúscula, desde ese adjetivo que interroga y nos interroga).
Cuadra juega, desafía, avanza en ese tejido de signos pero retrocede para, tal como la rayuela (ese juego que en Chile necesita de otra traducción –algo que seduciría a Benjamin-), retroceder en el salto hacia el cielo hacia los infiernos.
El presente prefijado –post, neo, hiper, trans, tardo, sobre- que se ubica como temporalidades entre temporalidades, como un hiato abierto a la temporalidad moderna, se encuentra con el libro de los pasajes, París en el siglo XIX, calificado como un collage –por su carácter inacabado-, híbrido –porque, además, está escrito en francés y alemán-, como un log-book. Es decir, “como una imagen poética surrealista”, como una instantánea –tal como Benjamin caracteriza al surrealismo: “la última instantánea de la inteligencia europea”-, ingresando en ese grupo de pensadores, escritores, transgresores que veían –y no está de más repetirlo que veían- en lo visual un campo de transformación cultural.
“El aburrimiento es siempre contrarrevolucionario”, escribían a modo de eslogan grafitero los situacionistas. En El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea, Benjamin cuestionaba que el surrealismo fuera solamente un movimiento literario motivado por la crisis del humanismo e incentivado por el consumo “extático” de alucinógenos. Con citas que lo aproximan al marxismo, al anarquismo y a la crisis en el arte, Benjamin, entre otras cosas, sostenía que “desde los escritos de Bakunin, no ha habido en Europa un concepto radical de libertad. Los surrealistas sí lo tienen. Ellos son los primeros en haber despachado el anticuado ideal de liberal humanista- moral de libertad, porque saben que ‘la libertad, que ha sido adquirida en esta Tierra al precio de tan duros sacrificios, se ha disfrutar sin restricciones durante todo el tiempo en que esté dada, sin hacer concesiones al pragmatismo en ninguna de sus encarnaciones’” (Benjamin, 2007: 313). Y París fue un escenario para esa construcción de una poética de lo visual.

II
Pero, también, París puede ser leída como tragedia. Como indica Cuadra: “Julio Verne se ha instalado en el imaginario occidental como un adalid del progreso y la ciencia, un soñador, acaso un vidente del futuro. Sin embargo, ‘París en el siglo XX’, una obra primeriza de 1863, delata ya otra lectura posible de la obra verniana, el advenimiento de la modernidad como tragedia” (Cuadra, 2010: 39).
En Verne la novela de anticipación –se ubica a un joven poeta cien años después que el narrador, en 1960-, difiere el presente, distiende el futuro, la distopía hace circular una relación figurativa entre “ahora” y “porvenir”.
Dos rostros de las modernidades el de una ciudad extasiada en su propia luminosidad, París, y el de otra ciudad estasiada en la parálisis estática de esas mismas luces transformadas en sombras, París. El boxeador de Hemingway alardeando París no se acaba nunca y el imitador descrito por Vila- Matas que simula otra París, trágica.

III
Jean Baudrillard pasó a coleccionar objetos en su narrativa a simularlos en el espejo del agua narcisista y, de estos, a la seducción como reproducción infinita de una forma sin contenido. Cuadra retoma una y otra vez, a lo largo del texto, las tres fases de la seducción: la fase ritual, la estética y la política.
En la ritual están los objetos coleccionados por Benjamin, mientras que en la estética aparece el juego, el desvío (detournement), conjugándose en Benjamin la mezcla de lo irónico y lo diabólico pero, también, Julio Cortázar instalando ese juego inacabado de significantes que es Rayuela. Finalmente, la última frontera de la seducción es la política donde se conjuga la fase revolucionaria (Blanqui, Benjamin y las barricadas) y la desesperanza que nos presenta Verne.
Estas máquinas inacabadas, esos espejos de-formantes, esos anacolutos (es decir, recursos de estilo en que una frase es desprovista de coherencia sintáctica cuyo propósito es privilegiar el nivel semántico (…) El anacoluto es la alteración sintáctica que da cuenta de una anomalía o perturbación radical en la expresión). En el texto “las barricadas expresan, justamente, estos anacolutos de la textualidad urbana” (Cuadra, 2010: 95), también, no obstante, podría leerse “Ópticas de la modernidad” como una barricada textual que desafían la gramaticalidad del siglo XIX. Como en la música, “Ópticas…” leídas desde esta posición, se acercan mucho más a la música atonal, al jazz, rock and roll, a la bossa nova, a la tropicalia, al punk y al hip hop, parafraseando un texto escrito hace unas décadas sobre Benjamin “es la peligrosa idea de Álvaro Cuadra”.

IV
Rayuela instala otra peligrosa idea, la de la ruptura como juego, siguiendo el camino ya trazado por Joyce, Kafka, y, antes aún, por Cervantes –límite para Foucault entre la primera parte y la segunda de la novela entre el Renacimiento y la Modernidad- y, en América Latina, por Borges, Onetti. Es decir, es la hipertextualidad –más que la intertextualidad- que emerge diseminando sentidos que ya no tienen retorno a su origen. Hipertextos, saltos en los sentidos, puertas que se abren hacia laberintos sin caminos rectos ni direcciones precisas, son los límites del texto más allá de él –si es que hay más allá- sinsentido, antihermenéutica y obra abierta.
Esta última, caracterización de un primer Eco antes de su conservadora transformación al límite de la interpretación, puede ser la definición –si es que es posible definir- de Ópticas de la modernidad, una máquina textual insubordinada, subversiva, transgresora.
En momentos en que el gobierno de Chile intenta instalar la neofuncionalista, neoliberal y previsible política, para unos, de leer signos –alfabéticos y numéricos- desde la funcionalidad denotativa de su sentido inmediato, mientras que, para otros, se les permitirá una educación más compleja y menos previsible (me imagino que sabemos cuáles son unos y cuáles son otros), leer Ópticas es subvertir esas políticas construyendo nuevas barricadas frente a la parálisis de un sistema universitario que, en vez de resistir, desiste y no insiste.

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Dra. Marcela Prado Traverso, Directora de la Escuela de Postgrados, Dr. Felip
Gasón I Martín, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Dr. Víctor Silva
Echeto, coordinador del Magíster en Comunicación de la Universidad de Playa
Ancha, tienen el agrado de
INVITAR A USTED
a la presentación del libro Walter Benjamin. Ópticas de la modernidad, del que es
autor el Dr. Álvaro Cuadra (profesor del Magíster en Comunicación de la
Universidad de Playa Ancha), el día miércoles 1 de diciembre a las 12: 00 hs en
la Sala Carlos Pantoja, segundo piso sede central de la Universidad de Playa
Ancha.
Estarán a cargo de la presentación Carlos Ossa (Universidad de Chile) y Víctor
Silva Echeto (Universidad de Playa Ancha).
Organiza: Magíster en Comunicación.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Playa Ancha.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Visualidad, excepción y rupturas.



Visualidad, excepción y rupturas.

Víctor Silva Echeto.
Participación en el Seminario Modalidades de la visualidad.
Viernes 19 de noviembre de 2010.
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

1- El complejo camino recorrido por el concepto de biopolítica en Foucault.

La relación entre Michel Foucault y el concepto de biopolítica no deja de ser enigmática. Sin ser el primero que formuló la noción, ya que la biopolítica (con otras ideas similares como la de geopolítica) se encuentran en Rudolf Kjellen, ni el último, hoy ampliada por Toni Negri, Roberto Esposito o Giorgio Agamben, no hay una sistematización a lo largo de su trabajo, sino que el tratamiento del concepto forma parte de los últimos fragmentos de La voluntad de saber, primer tomo de la Historia de la Sexualidad, donde se refiere al pasaje entre el Dejar Morir y Hacer Vivir por el Dejar Vivir y Hacer Morir, sin embargo, en los cursos del College o en sus conferencias entre 1974 y 1979, forma parte la biopolítica de sus preocupaciones, ubicadas en torno a la “sociedad”, “la seguridad”, “el territorio”, “la población”, “la administración de la vida”, “el cuerpo”, “el racismo”, “la biologización”, “el neoliberalismo”, “la economía”, etc…
Es más, en el curso “Nacimiento de la biopolítica”, no se refiere explícitamente a la biopolítica sino al neoliberalismo y a una supuesta extensión de aquella en la idea de Vitalpolitik. No obstante, como todo registro conceptual, la respuesta a la pregunta por la biopolítica en Foucault, es compleja, críptica, discontinua…
La biopolítica, en Foucault, es administración de la vida, pero, también, del cuerpo; interrogación por la seguridad y por el entramado de disciplinamientos y seguridades en el pasaje de la época clásica (según le llaman los franceses) a la modernidad. Es, en definitiva, y me sirvo aquí de Giorgio Agamben, de la oikonomía como administración y gestión, política y, porque no, visual. Oikonomía visual o economímesis, en términos de Derrida.
Con lo visual, tampoco, Foucault tuvo una relación fácil. Si en sus primeros trabajos ocupa un lugar central de sus reflexiones: Nacimiento de la clínica, arqueología de la mirada médica; Historia de Locura; Las palabras y las cosas –que da paso al intercambio epistolar con Magritte-; son algunos de los principales dispositivos de reflexión sobre lo visual. Aún más, se podrían rastrear más atrás en el tiempo estas vinculaciones.
Así las cosas, a los efectos de mi investigación, es interesante la relación indirecta que se puede rastrear entre Warburg y Foucault, ya que uno de los primeros escritos sobre imágenes visuales de este último es la introducción a Binswanger, de quien traduce al francés. Binswanger, paralelamente, es el psiquiatra director de la clínica Bellevue, donde fue trasladado Warburg. De la relación entre Binswanger y Warburg se encuentra publicada la historia clínica de éste (2007). Podría pensarse, aún, que el método “de la ciencia sin nombre” (Agamben) wanburgiano tiene una estrecha relación –por no decir influencias- sobre el de las “signaturas” foucaultiano de Las palabras y las cosas, y el que actualmente está desarrollando Agamben. Es decir, el método heterotópico de lanzar signos y vincularlos sin que entre ellos tuvieran alguna relación previa. “(…) algo que en un signo o en un concepto lo excede para reenviarlo a una determinada interpretación o para desplazarlo hacia otro contexto, sin salirse sin embargo del ámbito de lo semiótico para constituir un nuevo significado” (Agamben, 2008: 156).
La enciclopedia china borgeana que inspira Las palabras y las cosas es un destacado ejemplo del pensamiento por signaturas heterotópico (Foucault, 1986). El debate entre los postwanburgianos entre icológicos e iconográficos se fracturaría en las signaturas. A diferencia de Agamben, en Foucault quedaría en el pensamiento del Renacimiento… Lo interesante es recuperarlo para diseñar una metodología de análisis de lo visual.
2- Las idas y vueltas de lo visual en Foucault: entre Jay y Deleuze.
En La arqueología del saber, empero, se produciría un retroceso en el Foucault visual, quizás paralelo a su temprano alejamiento de la fenomenología, ya que el método foucaultiano se centra en lo discursivo, definiendo lo que no forma parte de ese registro, por negatividad (formaciones no discursivas).
Es Gilles Deleuze, quien –en su homenaje- sostiene que “Foucault siempre ha sabido pintar maravillosos cuadros como fondo de su análisis” (1986). Son las palabras de Deleuze (1986: 78): “Cuando se olvida la teoría de las visibilidades se mutila la concepción que Foucault tiene de la historia, pero también se mutila su pensamiento, su concepción del pensamiento”. Así, “se lo convierte en una variante de la filosofía analítica actual, con la que no tiene casi nada en común (salvo quizá con Wittgenstein, si de él extraemos una relación original entre lo visible y lo enunciable)”.
Michel Foucault “siempre se sintió tan fascinado por lo que veía como por lo que oía o leía, y la arqueología tal y como él la concebía es un archivo audiovisual (empezando por la historia de las ciencias). Si a Foucault le gusta enunciar y descubrir los enunciados de los demás, es porque también tiene una pasión por ver”: lo característico de Foucault “es la voz, pero también los ojos. Los ojos, la voz. Foucault siempre ha sido un vidente, a la vez que introducía en la filosofía un nuevo estilo de enunciados, de acuerdo con un doble movimiento, con un doble ritmo” (Deleuze, 1986: 78).
Es Martin Jay, en un texto sobre Parresía visual, quien discute esta perspectiva deleuziana sobre Foucault –a partir de Flynn y Shapiro-: “en toda su ocupación sobre el poder, incluyendo el poder del ojo para dominar lo que es visto, Foucault reconoció, después de todo, lo inevitable de la resistencia. Pero no fue nunca una resistencia que pudiera derribar por entero el poder hegemónico que venía a prevalecer, únicamente evitaba su completa realización. En el caso del régimen escópico moderno, las prácticas visuales alternativas existieron y pudieron ser nutrientes, pero no pudieron restaurar la absoluta inocencia del ojo” (Jay, 2004: 10- 11).
El interés de Jay, justamente al centrarlo en la parresía, es preguntarse por los vínculos entre la veridicción –el decir verdadero- y la visualidad en Foucault, por ello la interrogante del título: “¿parresía visual?”. A esta le suma otras interrogantes: “¿entendió Foucault ciertos regímenes discursivos fuera del conocimiento sostenido visualmente, la evidencia de los ojos o sus extensiones, como una fuente privilegiada de saber válido?”, “¿argumentó Foucault que la visualidad pudo de algún modo establecer una táctica alrededor de la discursividad y proveer una base para una verdad que no fuera meramente un efecto de un régimen discursivo específico? Y si es así, ¿escapó de la fuerza gravitatoria del campo de poder en el que estaba inmerso? Aquí habríamos de examinar los candidatos para los modos alternativos de experiencia visual y ver si pueden ayudar a un modo de decir la verdad –llámese parresía visual o quizás mejor, ‘mostrar con verdad’”.
Los argumentos, para intentar responder a esas preguntas de Jay, toman como eje el libro de Deleuze sobre Foucault. “En buena parte de la literatura sobre Foucault que subraya su desconfianza en la visualidad, incluyendo mi propio trabajo, la dirección de esta contestación mutua está dirigida a favor del lenguaje interfiriendo la visualidad” (Jay, 2004: 16).
Jay indica que “hay modos (…) en los que la resistencia al poder podría tomar formas visuales, pero éstas son entendidas por Foucault en términos ampliamente negativos, interferencias en la visualidad hegemónica de una era, como el desafío de Manet a la pintura perspectivista tradicional” (que se encuentra en un texto sobre Manet que Foucault deja inacabado en 1968). Estos enfrentamientos a las práctica dominantes de visualidad “raramente … se traducen en expresiones positivas de otro orden visual que se acerca a una verdad asentada en una forma de vida, una práctica crítica cuyos efectos Foucault vino a valorar, tanto teóricamente como en su propia vida como intelectual profundamente comprometido. Esta restricción de lo visual para interrumpir las visualidades hegemónicas podría no ser equivalente a la denigración de toda experiencia visual, pero está lejos de posicionarse en una alternativa completamente saludable, no hay veridicción del ojo, no hay aprehensión intuitiva del mundo a través de la mediación de los sentidos. En breve, no hay parresía visual para Michel Foucault, quien como Derrida, habría advertido a Cézanne de que su obligación de decir a su amigo la verdad en pintura sería una deuda dejada sin pagar para siempre” (Jay). Aunque Jay, matiza sus argumentos de Ojos abatidos, sigue moviéndose en una línea que critica la ambivalencia de Foucault sobre lo visual, pero esa ambivalencia –debería de saberlo Jay- forma parte de todo ese proyecto discontinuo sobre el que el pensador francés construyó su arqueología.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

SEMINARIO 2010 Modalidades de la visualidad: Tres dimensiones para una critica de la mirada

SEMINARIO 2010
Modalidades de la visualidad: Tres dimensiones para una critica de la mirada

La reflexión en torno a la mirada como foco de problematización de la imagen puede implicar un ejercicio critico situado en las condiciones escópicas en las cuales se desenvuelve la visualidad contemporánea. Al mismo tiempo, ésta reflexión puede sugerirnos algunas claves desde las cuales examinar las modalidades de observación, dentro de su particularidad histórica, cultural y política.

Ante estas premisas, la tercera versión del seminario tendrá por objetivo la puesta en escena de algunas discusiones que puedan nutrir un abordaje reflexivo de las modalidades en que se desenvuelve la visualidad a la luz de tres dimensiones de análisis: Urbanismo, Publicidad y Género.

Las discusiones en cada una asumirán temáticas que van desde miradas críticas a la construcción visual de la ciudad en el contexto de las practicas patrimoniales (caso Valparaíso), la actualidad de la reflexión biopolítica ante la circulación de las imágenes, y las regulaciones visuales y estéticas del cuerpo desde un enfoque critico del género.

* Programa
* Invitados y Expositores
* Audiovisual
* Inscripcion Seminario

http://www.contrafoco.cl/actividades/seminario-2010/programa-2010

Programa 2010
Viernes 19 de Noviembre


10:45
Inauguración
Nicolás Ríos

11:00 – 13:00
Publicidad, Biopolitica y Regimenes de lo visual
Bruno Cuneo, Victor Silva Echeto

15:00 - 16:30
La construccion de la ciudad en imagenes: Miradas criticas a Valparaíso Patrimonial
Pablo Aravena, José Llano

17:00 - 18:30
Política, Bioestética y montajes de la feminidad
Kemy Oyarzun, Pilar Errazuriz

19:00
Cierre y Vino de Honor



Sábado 20 de Noviembre


10:00 - 14:00 hrs
WORKSHOP: "Antropologia visual. El video registro, el video proceso y el video producto"
Dicta: Felipe Maturana

Metodología: La metodologia esta compuesta por dos bloques. El primero tendrá una orientación expositiva, en la cual se visualizarán experiencias concretas en las dimensiones del registro, proceso y producto (audio)visual. Luego se desarrollará un bloque practico, en el cual se abordarán los principales aspectos de una realizacion audiovisual (guion, camara, edicion y compresión), donde los asistentes podran llevar inquietudes, propuestas o materiales audiovisuales producidos por ellos para su analisis y discusion grupal.



15:30 - 19:30 hrs
WORKSHOP:"Técnicas de producción e interpretación cartográfica para el análisis de fenómenos urbanos"
Dicta: José Llano

Metodología: La presente actividad se desarrollará a través de bloques teorico-prácticos, comenzando con observaciones teoricas relativas a la práctica cartográfica (45 m), para luego ilustrar su ejercicio a partir del caso Aula Permante (35 m). Luego se desarrollará un trabajo de campo, a través del ejercicio de notaciones y observaciones conceptuales en terreno (120 m). Finalmente, se abrirá un espacio para la discusion de las experiencias desarrolladas en el transcurso de la actividad.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA FILOSOFÍA EN SEX PISTOLS. PARTE IV.

LA FILOSOFÍA EN SEX PISTOLS.
PARTE IV.
1. Del espectáculo al simulacro:en clave de cuerpos.
En los años ochenta quedaban solo huellas de la sociedad del espectáculo de Guy Debord. El movimiento situacionista se había disuelto en 1972, éste grupo que se había manifestado a la vez como neovanguardia artística, investigación experimental de la libre construcción de la vida cotidiana y como contribución a la articulación teórica y práctica de una nueva contestación revolucionaria, conservaba en los ’80 algunos endebles trazos. Hasta que en 1988, Guy Debord, publica Comentarios sobre la sociedad del espectáculo, donde matiza algunos de sus planteamientos iniciales. Entre ellos, el del espectáculo dirigido, incorporándole, además, el de espectáculo difuso. En esos momentos, la industria del espectáculo invadía, prácticamente, la mayor parte de los espacios artístico- culturales.
En el Debord inicial, el de la sociedad del espectáculo, éste no era simplemente un conjunto de imágenes, sino las relaciones sociales entre las personas mediatizadas por las imágenes.
El espectáculo reiterado en la teoría crítica social de la postguerra, asumía, además, la crisis –no hay crítica sin crisis- de esa postguerra, en el cine, pero, también, en la música y el punk era una demostración de esta crítica- crisis como toma de partido política.
En Bodies la radicalización a la conservadora sociedad inglesa de la época, asume la forma del aborto.

Ella era una chica de Birmingham
Ella acababa de tener un aborto
Ella fue un caso de demencia
su nombre era Pauline
que vivía en un árbol
Ella no era nadie
que mató a su bebé
Ella era un animal
Ella era una maldita desgracia!
Cuerpos
No soy un animal
La conjugación de zoe y bios (en terminología biopolítica, cercana a Agamben) se hace más áspera en el grano de la voz de Rotten (siguiendo ahora a Barthes). Como en la filosofía foucaulteana, el/la otro/la –animal- vivía en un árbol “no era nadie”, no hay capacidad de incluirla sino solo excluyéndola. El afuera penetrando en el adentro.
“En escena, lanzando obscenidades sobre una mujer que ha lanzado su feto abortado a una cuneta, luego sobre sí mismo”:

Arrastrado en una tabla hacia una fábrica
Ilegítimo lugar para estar
Muere un pequeño bebé… en el baño
Muere el pequeño bebé… gritando!
Cuerpos
No soy un animal.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

domingo, 7 de noviembre de 2010

En Chile: el fútbol como disparador político


Ni la resistencia mapuche, ni la desistencia de la izquierda: el fútbol pone en jaque al gobierno.


I
La elección de la Asociación Nacional Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, destapa una nueva posible intervención del gobierno de Sebastián Piñera y de su gobierno de derecha, con muchos de sus ministros interviniendo directa e indirectamente en la propiedad de algunos de los equipos de fútbol profesional.
Sebastián Piñera (presidente de la República) y Gabriel Ruiz Tagle (Ministro de Deportes) tienen propiedad en Colo Colo, Joaquín Lavín (Ministro de Educación) en Santiago- Wanders; mientras que se siguen destapando participaciones de integrantes del gobierno y parlamentarios, quienes tendrían propiedades e intereses económicos y políticos en el fútbol. La sospecha tiene sus fundamentos…
II
El jueves se llevó a cabo la elección del Presidente de la ANFP, rumbo a la reelección iba Mayne- Nicolls, reconocida su gestión por haber realizado todos los esfuerzos por contratar como técnico nacional a Marcelo Bielsa, y, éste haber logrado la mejor participación de la selección en los últimos años en las eliminatorias y en el mundial de fútbol. Después de muchas idas y vueltas y de nombres que circulaban para enfrentarse a Mayne- Nicolls incentivados por los dos principales equipos de fútbol, Universidad de Chile y Colo Colo, logran presentar al actual presidente de Unión Española, Jorge Segovia.
Lo que era poco esperable hace unos meses atrás, se transformó en un hecho, Segovia, con el apoyo de los principales equipos y otros más pequeños que cambian su voto, se transforma en el Presidente de la ANFP.
III
Luego del jueves, surgieron múltiples sospechas y voces de denuncia, sobre la posible intervención del gobierno en la elección de la ANFP, sospecha que se incrementaba al conocer los detalles sobre la propiedad de integrantes del gobierno en los principales equipos de fútbol profesional, y la cercanía mediática de Mayne- Nicolls y Bielsa con la ex presidenta Bachelet.
Periodistas, parlamentarios de la concertación, y, otros críticos, denuncian que tienen datos de llamados de integrantes del gobierno, entre ellos, el presidente Piñera, a presidentes de clubes de fútbol para que voten a Segovia y, por extensión, que boten a Mayne Nicolls.
Luego de las elecciones viene lo esperable…Bielsa renuncia y se incrementan las manifestaciones a favor de Bielsa y en contra del nuevo presidente Segovia de la ANFP.
IV
Una hipótesis de trabajo paradójica: lo que no lograron los mapuches en huelga de hambre, ni la izquierda paralizada, lo podrá lograr el fútbol. Esto es, la puesta en cuestionamiento del gobierno; los dispositivos de resistencia y acción política; la intervención de Sebastián Piñera en todos los temas económicos que involucran al país, entre ellos, el fútbol.
Si esta hipótesis se cumple, en Chile, la capacidad política de la izquierda tendría, también, que autocriticarse sus formas de acción y de transformación política- social. Lo que no hay duda, es que los dispositivos mediáticos y de espectacularización, entre ellos, el fútbol hoy cumplen un papel no menor.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Feria del libro de Santiago.



Presentación del libro de Álvaro Cuadra: Ópticas de la modernidad.

20:00

Presentación del Libro: "Walter Benjamín, ópticas de la modernidad" de Álvaro Cuadra. Presenta: Pablo Cottet y Víctor Silva. Organiza: Universidad Arcis. (CM)



http://www.filsa.cl/

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El neoliberalismo no es un tema solo económico.


2. Los dos neoliberalismos.
Dos enfoques neoliberales, a lo largo del siglo XX, conforman los nuevos territorios de la gubernamentalidad. El ordoliberalismo alemán y el neoliberalismo estadounidense. Los teóricos de ambas perspectivas, formulan planteamientos diferentes y diversos sobre la economía, la política, la cultura y la sociedad, aunque hay espacios de confluencia, fundamentalmente, desarrollados por economistas que transitaron por uno y otro país.
Una de sus principales diferencias es la relación con el Estado, así como la primera lo concibe como dispositivo que le permite su estabilidad y libre juego de precios, la segunda –más cercana al liberalismo de los siglos precedentes- le anula toda posibilidad de intervención para asegurar la competitividad. No obstante, hay momentos de convergencia. Uno de ellos, es Von Hayek, quien procede de Austria, y se traslada a Inglaterra y a Estados Unidos. En este país, es uno de los inspiradores del neoliberalismo estadounidense, el llamado anarcocapitalismo. En 1962 al retornar a Alemania es nombrado profesor en Friburgo, encontrándose con los ordoliberales.
El problema del neoliberalismo alemán, es “cómo llegar a articular la legitimidad de un Estado y la libertad de los socios económicos admitiendo” que ésta debe fundar al primero o servirle de aval (Foucault, 2008: 132).
El mercado, de acuerdo a esta concepción, se concibe como un principio de regulación económica indispensable para la formación de los precios y para, en definitiva, el desenvolvimiento adecuado del proceso económico. La tarea de la gubernamentalidad es organizar una sociedad, establecer una Gesellschafspolitik tal que esos frágiles mecanismos competitivos del mercado, pudieran actuar de acuerdo con su estructura propia. Era una Gesellschaftpolitik orientada hacia la constitución de un mercado. Los objetivos de esa política son evitar la centralización, favorecer a las medianas empresas, sostener empresas “no proletariadas” (Foucault, 2008: 276) como el artesanado, el pequeño comercio; multiplicar el acceso a la propiedad; sustituir las coberturas sociales de los riesgos por seguros individuales y regular los problemas del medio ambiente.
Uno de los principales objetivos de esa Gesellschaftspolitik es que la vida misma del individuo –biopolítica- incluida la relación con su familia, sus seguros, su jubilación, funcionen como una empresa permanente y múltiple. Como indica François Bilger, “la política sociológica se descompone (…) en muchas políticas particulares muy variadas, las principales de las cuales son (…) un ordenamiento del espacio económico, un estímulo a las pequeñas y medianas empresas y, sobre todo, una desproletarización de la sociedad gracias al desarrollo del ahorro privado y la mayor distribución posible del capital nacional entre todos los ciudadanos. Al convertir a todos los ciudadanos en capitalistas, al establecer un capitalismo popular, se eliminan las taras sociales del capitalismo, y ello independientemente del hecho de la ‘salarización’ creciente en la economía. Un asalariado igualmente capitalista ya no es un proletario” (Bilger, 1964: 186).
En el coloquio Walter Lippmann , Alexander Rustow (1939: 236) indica, en su intervención, que en interés de la productividad óptima de la colectividad y la independencia máxima del individuo, hay que organizar la economía de ese cuerpo social de acuerdo a las reglas de la economía de mercado.
En el caso de los neoliberalistas estadounidenses, utilizan la economía de mercado y sus análisis característicos para el desciframiento “de relaciones no mercantiles”, para el estudio de “fenómenos que no son estricta y propiamente económicos” sino sociales. “Para decirlo con otras palabras, la aplicación de la grilla económica a un campo que en el fondo, desde el siglo XIX, y sin duda puede decirse que ya desde el siglo XVIII, se había definido en oposición a la economía, o en todo caso como complemento de ésta, aquello que en sí, por sus propias estructuras y sus propios procesos, no compete a la economía, aun cuando esta misma se sitúe dentro de ese ámbito. Y una vez más, en otros términos, creo que lo que está en juego en ese tipo de análisis es el problema de la inversión de las relaciones de lo social a lo económico” (Foucault, 2008: 276).

2.1. El caso del capital humano.
El interés de la teoría del capital humano, radica en “el hecho de que representa dos procesos; uno que podríamos llamar el adelanto del análisis económico en un dominio hasta entonces inexplorado, y, segundo, a partir de ese adelanto, la posibilidad de reinterpretar en términos económicos y nada más que económicos todo un dominio que, hasta ahora, podía considerarse y de hecho se consideraba como no económico” (Foucault, 2008:255).
La teoría del capital humano, parte con la idea de que los economistas clásicos Adam Smith, David Ricardo, pero, también, Marx o Keynes, no analizaron el trabajo, sino que se dedicaron a neutralizarlo. Los neoliberales, entonces, reintroducen el trabajo dentro del análisis económico. Algunos de los textos iniciales son: los artículos publicados por Theodore Schultz, de la escuela de Chicago (1946- 1974), en las décadas de 1950- 1960, cuyo balance se publicó en 1971 bajo el título de Investment in Human Capital: the role of education and of research; el de Gary Becker publicado en octubre de 1962 bajo el título “Investment in human capital: a theoretical analysis” y reeditado en una edición renovada en el libro Human capital: a theoretical and empirical analysis with special referente to education en 1964 y el de Jacob Mincer “Investment in human capital and personal income distribution”. En este último artículo aparece por primera vez la expresión capital humano.
La concepción de estas corrientes es analizar el trabajo como comportamiento humano y considerar su racionalidad interna. “La economía, por lo tanto, ya no es el análisis de procesos, es el análisis de una actividad. Y ya no es entonces el análisis de la lógica histórica de procesos, sino el análisis de la racionalidad interna, de la programación estratégica de la actividad de los individuos” (Foucault, 2008: 261). El trabajo comporta un capital, esto es, una aptitud, una idoneidad, “una máquina” de flujos (Deleuze- Guattari, 1979).
Un ejemplo: “en el análisis que hacen del capital humano (…) los neoliberales tratan de explicar, por ejemplo, que la relación madre- hijo, caracterizada concretamente por el tiempo que la primera pasa con el segundo, la calidad de los cuidados que le brinda, el afecto que le prodiga, la vigilancia con que sigue su desarrollo, su educación, no sólo sus progresos escolares sino también físicos, no sólo su manera de alimentarlo sino también de refinar la alimentación y la relación alimentaria que tiene con él, todo eso representa para ellos, los neoliberales, una inversión, una inversión mensurable en el tiempo” (Foucault, 2008: 280). Y lo que va a constituir esa inversión es el capital humano del niño que producirá una renta. Ésta será el salario del niño cuando se haya convertido en adulto. Y, para la madre, la inversión será la renta psíquica que consiste en la satisfacción que experimenta al cuidar del niño y ver que esos cuidados dan frutos. Ganancia de capital invertido, económica y psicológica, en la formación del capital humano del niño.

2.2. El tema del crimen, del castigo y de los speech act.
Similar al caso del trabajo y del capital humano, es el caso de la criminalidad. Es decir, así como en el trabajo, los neoliberales dejan de plantearse el problema desde el punto de vista del capital o del proceso económico y lo trasladan a quien toma la decisión de trabajar; y, con referencia al capital humano, su inversión es en el “sujeto”; en la mirada sobre la criminalidad se pasa de la masa a la visión individualizada de quién comete un delito. “El criminal es cualquier hijo de vecino. Es una persona cualquiera o, en fin, se lo trata como a cualquier otra persona que invierte en una acción, espera de ella una ganancia y acepta el riesgo de una pérdida (…) Se ocupará de una conducta, de una serie de conductas que producen acciones, y estas acciones, de las que los actores esperan una ganancia, son afectadas por un riesgo especial que no es la mera pérdida económica sino el riesgo penal e incluso el de esa misma pérdida económica infligida por un sistema penal. El propio sistema penal, por lo tanto, no tendrá que enfrentarse con criminales, sino con gente que produce este tipo de acciones. En otras palabras, tendrá que reaccionar ante una oferta de crimen” (Foucault, 2008: 293).
En esas condiciones, el castigo –tal como lo analiza Arthur Cecil Pigou en 1920- es el medio que permite limitar las externalidades negativas de determinados casos. Cuando se refieren a externalidades, están describiendo los costos y beneficios monetarios o no monetarios resultantes de los fenómenos de interdependencia social. Para los defensores del Estado de bienestar, estas externalidades darían cuenta del fracaso de la economía de mercado, ya que exigen la intervención pública.
Con algunas diferencias, estos planteamientos están cercanos a Beccaria o a Bentham, hay que recordar que ambos teóricos del utilitarismo plantearon sus teorías en sendos tratados de economía y no en la exclusividad de la teoría penal. Los neoliberales, en ese contexto, articularán de modo diferente el tema del castigo, ya no es –como en la teoría clásica- que del castigo se espere la articulación de efectos heterogéneos (el problema de la recuperación, que es un tema de orden civil, el de la enmienda del individuo; el de la prevención de un individuo con otros), sino que van más atrás con la pregunta interrogándose sobre qué es la ley. Ésta, no es otra cosa, que la prohibición, es una realidad discursiva e institucional (no discursiva), es –siguiendo la tradición pragmática anglosajona- un speech act que tiene una serie de efectos .
Es esa realidad de la ley la que se formula por efectos de la fuerza de ley. “El enforcement of law es más que la aplicación de la ley, pues se trata de toda una serie de instrumentos reales que es obligatorio poner en juego para aplicarla. Pero es menos que el fortalecimiento de la ley, en la medida en que fortalecimiento querría decir que la ley es demasiado débil y es preciso agregar un pequeño complemento o hacerla más severa. El enforcement of law es el conjunto de los instrumentos puestos en práctica para dar a ese acto de prohibición en que consiste la formulación de la ley una realidad social, una realidad política, etc…” (Foucault, 2008: 295).
El enforcement of law es el conjunto de instrumentos de acción sobre el mercado del crimen que opone a su oferta una demanda negativa. En ese contexto, actualmente, se ubican diversos mercados como el de la droga; la venta paralegal de diversos productos de música, cine, alimenticios, etc.; que, sin ser reducida a cero su comercialización, forman parte de un mercado paralegal que intenta ser regulado gubernamentalmente.
Pero, también, la fuerza de ley tiene otro significado, producto de la complejidad de la traslación y de la traducción entre lenguas.
En octubre de 1989 en la Cardozo Law School, en un coloquio sobre “Deconstruction and the possibility of justice”, Jacques Derrida, leyó un texto sobre la fuerza de ley. En ese mismo coloquio, se distribuyó entre los participantes el texto “Nombre de pila de Benjamin”. Ambas conferencias tenían como eje común el fantasma de Benjamin y, fundamentalmente, de su texto “Para una crítica de la violencia”. En la intervención, titulada “Del derecho a la justicia”, y, referida a fuerza de ley, el fundamento místico de la autoridad, Derrida deconstruye –como ya lo había hecho 70 años Benjamin- la relación entre derecho y justicia, “los deslizamientos equívocos entre derecho y justicia” (1997: 12).
Dirigiéndose en inglés al público asistente, y considerando que hay expresiones en inglés que no tienen ningún equivalente estricto en francés, una de las primeras referencias es a los sintagmas: “to enforce the law” o “enforceability of the law or of contract”. Dice Derrida (1997:15): “Cuando, por ejemplo, se traduce en francés ‘to enforce the law’ como ‘aplicar la ley’, se pierde esta alusión directa, literal, a la fuerza que, desde el interior, viene a recordarnos que el derecho es siempre una fuerza autorizada, una fuerza que se justifica o que está justificada al aplicarse, incluso si esta justificación puede ser juzgada, desde otro lugar, como injusta o injustificable”. Kant ya recordaba que no hay derecho sin fuerza…Entonces, se cruza no solamente la aplicabilidad de la ley sino, la fuerza de ley, que no implica, necesariamente una ley como tal sino un conjunto de resortes de derecho que no son necesariamente leyes pero que tienen fuerza de ley. En el caso económico esto es bastante usual.
Décadas después de la conferencia de Derrida, en la segunda parte de Homo Sacer, Giorgio Agamben, acerca el tema de la fuerza de ley al estado de excepción. Aunque éste no es el tema del presente texto, si es de interés la reflexión del teórico italiano, ya que vincula la reflexión a la distinción moderna, no siempre exacta, entre enforce the law y force the law: “(…) la doctrina moderna distingue entre eficacia de la ley, que corresponde de forma absoluta a todo acto legislativo válido, y consiste en la producción de efectos jurídicos, y fuerza de ley, que es, a diferencia del anterior, un concepto relativo, que expresa la posición de la ley o de los actos equiparables con respecto a otros actos del ordenamiento, que están dotados de fuerza superior a la de la ley, como en el caso de la constitución, o de fuerza inferior, como los decretos o los reglamentos emanados del poder ejecutivo” (Agamben, 2004: 58).

lunes, 1 de noviembre de 2010

El neoliberalismo no es un tema solo económico. 1º parte.



Ordoliberalismo y Neoliberalismo: penetración biopolítica en Argentina, Chile y Uruguay.
1º parte

“Muchos pensadores siguieron a Foucault por esta senda y problematizaron con éxito el Estado del bienestar”.
Michael Hardt y Antonio Negri



1. Introducción.
La presente investigación se ubica en la convergencia entre la “economía política de la cultura” y la “teoría crítica de la cultura”. Es, por ello, que el planteamiento inicial es que el neoliberalismo, tanto en su vertiente alemana (ordoliberal ) como estadounidense (neoliberal) no es simplemente un tema económico sino que, además, es un problema de corte epistemológico, cultural, penal y filosófico. Así, la traslación del tema criminológico a otras esferas, como, por ejemplo, las ciencias, la economía o la educación, va la de mano con la importancia que adquiere el neoliberalismo desde las primeras décadas del siglo XX.
A esto se le suma, su radiación a los países sudamericanos, fundamentalmente, desde la segunda mitad del siglo pasado. Es, por ello, que un análisis, en profundidad, de las principales características del ordoliberalismo y del neoliberalismo y su posterior extensión por América del sur, permitirá explicarse muchas de las políticas que, para los efectos de este estudio, se llevaron a la práctica tanto en la postdictadura chilena como en la argentina.

1.1. El neoliberalismo como problema epistemológico.
En Nacimiento de la biopolítica, curso paradójico que dicta Michel Foucault en el Collège de France en 1978- 1979, ya que, aunque se lo había propuesto no se refiere directamente a la biopolítica , sino al neoliberalismo, sostiene “que en Alemania a comienzos del siglo XX”, es Max Weber quien “actúa a grandes rasgos como la persona que ha desplazado el problema de Marx”, sirviendo de punto de partida tanto de la escuela de Friburgo (ordoliberal) como de sus vecinos de Frankfurt (Foucault, 2008: 134). Si Marx analizó la lógica contradictoria del capital, Max Weber, en cambio, introdujo en la reflexión sociológica, económica y política de Alemania la lógica contradictoria del capital como el de la racionalidad irracional de la sociedad capitalista.
“Ese paso del capital al capitalismo, de la lógica de la contradicción a la división de lo racional y lo irracional” (Foucault, 134), fue incorporado en el análisis tanto por la escuela de Friburgo como por la de Frankfurt. Aunque desde caminos inversos, ambas buscan analizar la racionalidad irracional del capitalismo. El problema de los frankfurtianos (Horkheimer) era determinar cuál podría ser la nueva racionalidad social capaz de definirse y formarse con el objeto de anular la irracionalidad económica, en cambio, el tema de los ordoliberales (como Eucken) es el desciframiento de la racionalidad irracional del capitalismo, por tanto, se trata de definir la racionalidad económica que permita anular la irracionalidad social del capital.
La deriva del neoliberalismo alemán, en ese contexto y desde el punto de vista epistemológico, se vincula tanto con el pensamiento de Max Weber, como con el neokantismo y con la fenomenología. Es así que el mencionado Walter Eucken, fue discípulo de Alfred Weber, hermano de Max Weber, a comienzos del siglo XX. Paralelamente, Eucken al ser designado profesor de economía política en Friburgo en 1927, conoce a Husserl . Se vincula, entonces, a la fenomenología, y conoce, además, a juristas que estaban transformando la teoría del derecho en Alemania, a comienzos del siglo XX, con un piso fenomenológico para escapar tanto de las restricciones del historicismo del siglo XIX como de la concepción formalista, axiomática y estatal de Kelsen.
El cuestionamiento de que la economía, tal como pensaba el liberalismo del siglo XIX, se guiaba por una naturalización de las relaciones de mercado, lleva a algunos de los ordoliberales a acercarse a la fenomenología, es decir, al proceso de construcción de sentido y significación para trasladar la racionalidad económica a la irracionalidad social.
Por lo tanto, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo de los siglos precedentes; tampoco es, simplemente un tema económico; ni un movimiento uniforme al interior del capitalismo, y, por ello, se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
Los debates sobre la disciplina que, inicialmente, eran un tema de corte penal, se trasladarán, entre otras esferas, a las ciencias, considerando la separación disciplinaria como el tema central de la construcción de las epistemes. Las ciencias pasan a ser disputadas en el campo disciplinario. El pan- óptico no es, solamente, un modelo de control penal, sino que es, fundamentalmente, un paradigma económico. La vigilancia se instalará sobre las ciencias y sobre los cuerpos. Paralelamente, también, el Estado se encontrará bajo la vigilancia del mercado antes de que el mercado sea vigilado por el Estado. Es la inversión del liberalismo tradicional, en la medida que en lugar de aceptar una libertad de mercado definida por el Estado y mantenida bajo la vigilancia estatal, se propone la libertad de mercado como principio organizador y regulador del Estado, desde el comienzo hasta las últimas formas de sus intervenciones.
La ley, en ese contexto, será la fuerza performativa que regirá el modelo penal pero, también, el paradigma económico y cultural. Como en la alegoría kafkiana, la entrada por la puerta de la ley, es el ingreso al paradigma económico y socio- cultural.
Por ello, a diferencia del neoliberalismo estadounidense, el ordoliberalismo alemán, ideólogo de la socialdemocracia, no intenta anular al Estado, sino que la ley, en él, cumple el papel de transmitir una variedad de seguridades frente a la inseguridad social. Entre ellas, se ubica, además, como veremos más adelante, la investigación científica.

El neoliberalismo no es un tema solo económico.

Ordoliberalismo y Neoliberalismo: penetración biopolítica en Argentina, Chile y Uruguay.

Víctor Silva Echeto.
Universidad de Playa Ancha. Chile.


Palabras clave: neoliberalismo/ gestión del Estado/ capital humano avanzado.

Resumen:
Dos enfoques neoliberales, a lo largo del siglo XX, conforman los nuevos territorios de la gubernamentalidad. El ordoliberalismo alemán de las primeras décadas del siglo anterior y el neoliberalismo estadounidense de la segunda mitad. Los teóricos de ambas perspectivas, formulan planteamientos diferentes y diversos sobre la economía, la política, la cultura y la sociedad.
Una de sus principales diferencias es la relación con el Estado, así como la primera lo concibe como dispositivo que le permite su estabilidad y libre juego de precios, la segunda –más cercana al liberalismo del siglo XIX- le anula toda posibilidad de intervención para asegurar la competitividad.
Paralelamente, se pueden encontrar cuatro ideas iniciales en el análisis que se puede emprender sobre las dos formas de neoliberalismo: primero, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo; segundo, el neoliberalismo no es, tampoco, simplemente un tema económico; tercero, el neoliberalismo no es un movimiento uniforme al interior del capitalismo; cuarto, el neoliberalismo se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
La crítica, de este tipo de liberalismo, apunta directamente a la inflación con que se analiza el papel del Estado, que tienen sus antecedentes en la crítica ordoliberal (neoliberal), que desde la primera y la segunda década del siglo XX, se emprende contra el Estado en todas sus formas: proteccionistas, estatistas, socialistas, comunistas y fascistas. Para éstos, el fascismo, en su versión más radical en la Alemania hitleriana, fue una deriva del proteccionismo estatal. Von Hayek, decía, “muchos se niegan a reconocer que el ascenso del fascismo y el nazismo no ha sido una reacción contra las tendencias socialistas del período anterior, sino un resultado inevitable de estas mismas tendencias”.
La deriva del neoliberalismo, epistemológicamente, se vincula con el pensamiento de Max Weber, la fenomenología y, aunque parezca más extraño aún, con la teoría crítica (aunque en movimiento inverso).
Un aspecto que no deja de llamar la atención es la influencia que ambos neoliberalismos, ejercen en América del sur, por una parte, el ordoliberalismo en Argentina, a partir de la llegada de Van Mises a Buenos Aires en 1959, y, por otra parte, del aterrizaje de los llamados “chicos de Chicago” a Chile durante la dictadura cívico- militar.
Se analizarán temas claves para el neoliberalismo y su relación con el Estado en el contexto de la sociedad del conocimiento y de la biopolítica, entre ellos, el del capital humano avanzado, la sociedad del riesgo, la educación por competencias, la seguridad, el estado de excepción y la investigación aplicada.

viernes, 29 de octubre de 2010

La filosofía The Sex Pistols III

LA FILOSOFÍA EN SEX PISTOLS
PARTE III

Víctor Silva Echeto.

1. Sex Pistols: de los surrealistas a los situacionistas en clave benjaminiana.
“El aburrimiento es siempre contrarrevolucionario”, escribían a modo de eslogan grafitero los situacionistas. La relación entre McLaren y este grupo de neovaguardia francés ha sido motivo de múltiples versiones. Una de ellas la aporta Greil Marcus (1993: 28): “en los primeros días del Londres punk apenas se podía encontrar un artículo sobre el tema en el que no figurase la palabra ‘dadá’: el punk era ‘como el dadá’, afirmaba todo el mundo, aunque nadie decía por qué, para no hablar de lo que se suponía que eso significaba. Referencias a la supuesta relación de Malcolm McLaren con la espectral ‘IS’ eran moneda corriente en la prensa pop británica, pero eso no parecía llevar a ninguna parte”.
La Internacional Situacionista surge en París en 1958. El primer número de Internationale situacionistte se publicó en junio de 1958, y, su editorial, iba precedido de un epígrafe que sostenía: el “éxito del surrealismo reside para muchos en que la ideología de esta sociedad, en su faceta más moderna, ha renunciado a una jerarquía estricta de valores facticios, pero se sirve abiertamente de lo irracional y de los residuos surrealistas’ Informe sobre la construcción de situaciones, junio de 1957”. Quizás, ya se había adelantado, Walter Benjamin a la crítica surrealista en un texto escrito en 1929: El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea, donde cuestionaba que el surrealismo fuera solamente un movimiento literario motivado por la crisis del humanismo e incentivado por el consumo “extático” de alucinógenos. Con citas que lo aproximan al marxismo, al anarquismo y a la crisis en el arte, Benjamin, entre otras cosas, sostenía que “desde los escritos de Bakunin, no ha habido en Europa un concepto radical de libertad. Los surrealistas sí lo tienen. Ellos son los primeros en haber despachado el anticuado ideal de liberal humanista- moral de libertad, porque saben que ‘la libertad, que ha sido adquirida en esta Tierra al precio de tan duros sacrificios, se ha disfrutar sin restricciones durante todo el tiempo en que esté dada, sin hacer concesiones al pragmatismo en ninguna de sus encarnaciones’” (Benjamin, 2007: 313).
Esto, les demuestra a los surrealistas, “que la emancipación humana, concebida, en definitiva, en su forma revolucionaria más sencilla –una que tan sólo puede ser la emancipación humana practicada desde la totalidad de los puntos de vista-, es la única causa a cuyo servicio siempre vale la pena situarse’”. La pregunta que se formula Benjamin es: “¿consiguen los surrealistas combinar esta experiencia de la libertad con la otra experiencia revolucionaria que hemos de reconocer porque la teníamos: lo constructivo y dictatorial de la revolución? O, en pocas palabras, ¿consiguen conectar los surrealistas la revolución con la revuelta? ¿Cómo imaginar una existencia que se establezca en el bulevar de Bonne Nouvelle, en edificios de Le Corbusier y Pieter Oud? ” La respuesta, para Benjamin, es “ganar las fuerzas de la embriaguez para el servicio de la revolución”. ¿Qué otra cosa hacía el punk? No es la droga en su utilización revolucionaria, en el sentido en que Benjamin interpreta al surrealismo, una capacidad de “salir de sí”.
“Tanto el lector como el pensador, el esperanzado y el flaneur, son todos tipos del iluminado, como lo son el que consume opio, y el soñador, y el embriagado. Y ellos son, además, los más profanos. Por no hablar de la más terrible de las drogas (la más terrible, a saber, nosotros mismos), que consumimos en nuestra soledad”. No obstante, para Benjamin, hay que ganar las fuerzas de la embriaguez al servicio de la revolución o hacer una política poética.
“El surrealismo”, para Benjamin, “se ha acercado cada vez más a la respuesta comunista”. Esto significa: pesimismo completo. “Desconfianza en el destino de la literatura, desconfianza en el destino de la libertad, desconfianza en el destino de la humanidad europea, pero sobre todo desconfianza, desconfianza y desconfianza en todo entendimiento: entre las clases, pueblos, individuos”. ¿Comunismo o anarquismo? habría que preguntarle a Benjamin.
“Sólo una vez que el cuerpo y el espacio de imágenes se conjugan en ella con tal profundidad que la tensión revolucionaria se convierte en inervación corporal colectiva y las inervaciones corporales del colectivo se convierten en descarga revolucionaria, la realidad se puede superar a sí misma hasta el punto que exige el Manifiesto comunista. Por el momento, los surrealistas son sin duda los únicos en haber comprendido la tarea de hoy. Y van intercambiando, de uno en uno, la colección de gestos de su mímica en la esfera de un despertador cuyo timbre, a cada minuto, atruena por espacio de sesenta segundos” (Benjamin, 2007: 316).
Pero esa ilusión que tenía Benjamin en 1929, será puesta en entredicho más de 30 años después por los situacionistas. Tres párrafos del número 1 de la revista Internationale Situationniste:
“El surrealismo ha triunfado en el marco de un mundo que no ha sido transformado esencialmente. Este éxito se vuelve contra el surrealismo, que no esperaba nada menos que la destrucción del orden social dominante. Pero el retraso sobrevenido en la acción de las masas que se dedican a esta destrucción, manteniendo y agravando, junto a las demás contradicciones del capitalismo evolucionado, las mismas impotencias de la creación cultural, mantiene la actualidad del surrealismo y favorece múltiples repeticiones degradadas”.
Para los situacionistas: “el surrealismo no puede avanzar en las condiciones de vida que encontró y que se han prolongado escandalosamente hasta nuestros días porque es ya, en su conjunto, un suplemento de la poesía o el arte liquidados por el dadaísmo, porque todas sus posibilidades se encuentran más allá del postfacio surrealista a la historia del arte, en los problemas de una verdadera vida que hay que construir. De manera que todo lo que quiere situarse técnicamente después del surrealismo vuelve a encontrar los problemas de antes (poesía y teatro dadaístas, investigaciones formales al estilo de la colección ‘Mont-de-Piété’). En su mayor parte, las novedades pictóricas sobre las que se ha llamado la atención desde la última guerra sólo son detalles, aislados y aumentados, tomados -subrepticiamente- de la masa coherente de aportes surrealistas (Max Ernst recordaba, en una exposición en París al principio de 1958, lo que había enseñado a Pollock en 1942)”.
En definitiva, “el mundo moderno ha cubierto la ventaja formal que le llevaba el surrealismo. Las manifestaciones de lo nuevo en las disciplinas que progresan efectivamente (todas las técnicas científicas) toman una apariencia surrealista. En 1955 se hizo escribir a un robot de la Universidad de Manchester una carta de amor que podía pasar por un intento de escritura automática de un surrealista poco dotado. Pero la realidad que domina esta evolución es que, al no haberse hecho la revolución, todo lo que constituyó para el surrealismo un margen de libertad se ha visto recuperado y utilizado por el mundo represivo que los surrealistas habían combatido” (1999).
Las técnicas revolucionarias del surrealismo se han convertido en una terapéutica contrarrevolucionaria o en un conjunto de piezas publicitarias:
“El empleo del magnetófono para instruir a sujetos dormidos se propone reducir la reserva onírica de la vida con fines utilitarios, banales o repugnantes. Nada constituye sin embargo una inversión tan clara de los descubrimientos subversivos del surrealismo como la explotación que se ha hecho de la escritura automática, y de los juegos colectivos basados en ella, en el método de prospección de ideas llamado en los Estados Unidos ‘brainstorming”. Gerard Lanzun describe así en France-Observateur su funcionamiento: “En una sesión de duración limitada (de 10 minutos a 1 hora), un número limitado de personas (de 6 a 15) tienen plena libertad para exponer ideas, todas las que puedan, sean o no extravagantes, sin riesgo de censura. La calidad de las ideas importa poco. Está absolutamente prohibido criticar una idea emitida por uno de los participantes, e incluso sonreír cuando tiene la palabra. Cada uno tiene por otra parte el más absoluto derecho, y también el deber, de saquear las ideas anteriormente expresadas añadiendo algo propio” También, “el ejército, la administración, la policía han recurrido” a este método. “La propia investigación científica sustituye sus conferencias y mesas redondas por sesiones de ‘brainstorming’” Así “un autor y un productor de películas en el C.F.P.I. necesitan un título. ¡Ocho personas les propondrán 70 en 15 minutos! Después, un eslogan: ciento cuatro ideas en treinta y cuatro minutos; se retienen dos”. La regla es, en definitiva, “lo impensado, lo ilógico, lo absurdo, lo fuera de lugar. La calidad deja paso a la cantidad. El principal fin del método es eliminar diversas barreras de coacción social, de timidez, de miedo a hablar, que impiden a menudo a algunos individuos hablar durante una reunión o un consejo de administración, enunciar sugerencias ridículas entre las cuales no obstante podría haber un tesoro escondido. Al levantar esas barreras se constata que la gente habla, y sobre todo que todos tienen algo que decir” Hay empresarios estadounidense que “han comprendido rápidamente el interés de esta técnica en las relaciones con el personal. El que puede expresarse reivindica menos. ‘¡Organícennos brainstorming!’, piden a los especialistas: ‘eso demostrará al personal que hacemos caso de sus ideas, puesto que se las pedimos’. La técnica se ha convertido en una terapéutica contra el virus revolucionario”.
Estas son las críticas situacionistas al surrealismo. A partir de ellas, se propone la tarea de crear situaciones revolucionarias.
En 1957 un estudiante parisino de veinticinco años llamado Guy- Ernest Debord, reunió a artistas y escritores de Francia, Argelia, Italia, Dinamarca, Bélgica, Inglaterra, Escocia, Holanda y Alemania Occidental en la Internacional Situacionista. “En 1975 la difunta” Internacional Situacionista “ya no era más que una leyenda para unos pocos estudiantes de arte y unos cuantos radicales, ésa era la excitación que McLaren estaba buscando: ¿Cuál era la política del aburrimiento” (Marcus, 2003: 64).
2. De la pereza refinada al no hay futuro.
Raoul Vaneigem, una de las piezas claves de la máquina situacionista, escribió en 1988 Elogios a la pereza refinada, como un aullido punk, rechaza la idea capitalista de que la pereza quede presa de la trampa del trabajo “que ella rechaza cantando”. Citando al “analista silvestre” Georg Groddeck , sostiene que, ya éste percibía, que “en el arte de no hacer nada” se encuentra “una conciencia realmente liberada de las múltiples sujeciones que, del nacimiento a la muerte, hacen de la vida una frenética producción de nada”. Para Vaneigem: “el trabajo ha desnaturalizado la pereza. La ha convertido en su puta, al mismo tiempo que el poder patriarcal veía en la mujer el reposo del guerrero. La ha cubierto de sus falsas apariencias, cuando la altivez de las clases sociales explotadoras identifica la actividad laboriosa únicamente con la producción manual” (2000: 42).
Quizás, en algún momento, se descubra que la pereza es más creativa que el trabajo. “La pereza es una nada, asomarse a ella es contemplar un abismo y el abismo, aseguraba Nietzsche, te observa también a ti”. Máquinas deseantes, cuerpos sin órganos, pereza: “es preciso que el cuerpo, del cual constituye uno de los privilegios, se reconquiste como territorio del deseo…” (Vaneigem, 2000: 48).
No hay futuro, no hay futuro, graznan como grafitis con un grano en su voz, casi una década después que los situacionistas…
“Utilizaban el rock’n’roll como un arma contra sí mismo”. Desde el caos emergía un nuevo sonido…

Encrucijadas de derechas e izquierdas


Derecha sin tregua e izquierda paralizada.
Víctor Silva Echeto.

I
Ya es un lugar común sostener que desde el terremoto hasta el rescate de los 33 mineros, pasando por la venta de acciones de LAN y la enajenación del canal de televisión, Chilevisión, el gobierno de derecha encabezado por Sebastián Piñera no da tregua.
Partidariamente, ya que la política no se reduce a ella, la izquierda se encuentra paralizada. El retiro de la Concertación de Partidos por la Democracia del gobierno, demostró que, no era más (ni menos), que una coalición electoral, sin profundidad conceptual, capacidad política, ni recambio generacional (solamente que se considere que son el recambio generacional esos personajes que sobrepasan los 40 años y que aparecen diariamente por la televisión).
Su capacidad de articular un proyecto de movilización social, junto con sindicatos, movimientos sociales (entre ellos, étnicos), federaciones de estudiantes, radios comunitarias, periódicos alternativos, etc.., es escasa, por no decir, nula.
II
Mientras tanto, los canales de televisión abierta y de cable de grupos económicos o del gobierno (gubernamentalizados), siguen su juego. Recientemente, ante la muerte del ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner, Alejandro Guillier en 24 hs de TVN, entrevistó al presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker y al senador de Renovación Nacional, Andrés Allamand, más que un debate fue una demostración de la “simpatía” ideológica que se encuentra en ambos partidos. Toda la crítica recayó sobre el cuerpo muerto de Kichner, con frases que bordean la comunidad ideológica que une a la derecha argentina y a los oligopolios mediáticos de uno y otro lado de la Cordillera: “… los Kichner”, repetían transformando a ese apellido y a una familia en una “monarquía constitucional”, “han perseguido a los medios independientes”. ¿Medios independientes?, ¿se referían a Clarín y a la Nación?, ¿independientes de quién y de qué?
III
La represión contra los movimientos sociales se incrementa en Chile. No hay tregua… Carabineros ingresando a las universidades, grupos de represión en la zona Sur –en territorio donde conviven comunidades mapuches-, secuestro por parte de las fuerzas de represión de material audiovisual de creadores nacionales y de otros países…
Giorgio Agamben, sostiene que el campo de concentración es el paradigma de seguridad de la actualidad, lo que debería de advertir a los urbanistas, las ciencias sociales y a los creadores. Ya lo había sostenido Michel Foucault, en un curso en el Collège de France el del año 1978-1979, “los neoliberales norteamericanos”, los referentes de los chilenos, intentan aplicar los “análisis economicistas a una serie de objetos, de ámbitos de comportamientos o de conductas, que no eran comportamientos o conductas de mercado: el intento, por ejemplo, de aplicar el análisis economicista al matrimonio, a la educación de los hijos, a la criminalidad” (35- 36). Vean que Hinzpeter no es tan creativo…
IV
La capacidad de la izquierda partidaria de cambiar la situación, hoy en Chile, es nula. Los movimientos sociales, étnicos, de estudiantes, de profesores, de medios de comunicación, en redes, deben de articular una estructura que pase de la resistencia a la movilización sin tregua, frente a la tregua represora de la derecha. Hay, en ese territorio, un hiato, un entre, una brecha que articule micropolíticamente a todos esos movimientos…

domingo, 24 de octubre de 2010

Ni los 33 eran orientales, ni Dios argentino.




Ni los 33 eran orientales, ni Dios argentino.
I
La palabra más reiterada por el presidente Piñera fue Dios. A los mineros no los sacó del fondo de la mina las cápsulas, sino una entidad suprema, de acuerdo a la versión presidencial. ¿Entonces para qué tanta inversión?
II
Jean Baudrillard, entre otras definiciones de simulacro, indica que el "crimen perfecto" es la hiperrealidad, es decir, la realidad más real (no en el sentido psicoanalítico lacaniano) que la propia realidad. ¿No se estará cometiendo un nuevo crimen perfecto en este momento en Chile?
III
El papelito recorrió Europa en sustitución de los mineros. La insistencia del presidente por mostrar esa sustitución de los 33 cuerpos enterrados en la nueva mina "mediática", llevó a Cecilia Morel a pedirle que no mostrara más el papelito. Pero ¿sino entrega el papelito sustituto de los 33 cuerpos qué podría mostrar si todo esto no ha sido más que un gran show postepectacular mediático? La situación de los 33 cuerpos es otra... Sobre esa hay mucha hipocresía.
IV
El marketing de la Concertación de Partidos por la Democracia, fue un iceberg que cruzó los mares del pacífico y del atlántico para instalarse en el tórrido verano andaluz. Los sevillanos/las sevillanas, en 1992, año de la expo mundial, se refugiaban en el stand chileno para refrescarse del verano que bordeaba temperaturas sobre los 35 grados. Mientras tanto, semióticamente, el gobierno de consenso con la dictadura y la derecha, de la concertación, comenzaba su proceso de lavar o limpiar con cloro la memoria. El blanco del iceberg, se transformará, con los años, en la limpieza de la Moneda de tanto pasado que insistía en retornar en las huellas de sus paredes.
Más de una década después, en otro gobierno –supuestamente de transición (la pregunta es ¿hacia qué y hacia dónde?- pedazos de la roca que sepultó a los mineros recorre Europa, como suvenir que el presidente Piñera, regala y muestra insistentemente. Está vez, no es el blanco olvido bajo la nieve el que amnesia la memoria, sino la roca que la intentará sepultar definitivamente.

viernes, 15 de octubre de 2010

La televisión de “los mineros



La televisión de “los mineros”: la transparencia del mal.
Víctor Silva Echeto.



I
Hace unos años se comenzó a utilizar en España, el concepto de televisión basura. En ese momento, diversos programas de televisión transformaron la “indignidad” humana en “dignidad” mediática. La pobreza, la locura, los llamados por Michel Foucault, “anormales” que el “orden del discurso” normalizaba a través de estrategias discursivas y no discursivas (o de visibilidad, para no plantearlo por negación), ingresaban en un radical proceso de “simulación” donde proliferaban los golpes de puño, las sillas por la cabeza, las infidelidades televisivas, los diálogos con el “más allá”, los extraterrestres, y toda una gama de excepcionalidades que se transformaban en la regla.
No obstante, seguramente todo ese show televisivo que se vivía (y vive) en España, no podía (ni puede) calibrar lo que ocurriría (y ocurrió) en Chile años después, con la cobertura que los canales de televisión realizaron de los 33 mineros rescatados de la mina San José.
II
Uno podría ampararse en la célebre teoría crítica de Guy Debord sobre la “sociedad del espectáculo” o la de Michel Foucault sobre la vigilancia pan-óptica o, aún más, en la planteada por Gilles Deleuze sobre “las sociedades de control” (no todas ellas compatibles), para analizar desde la teoría crítica lo que ocurrió en esta semana con la cobertura, por parte de la televisión, del rescate de los 33 mineros. Seguramente, en cada una de ellas encontrará claves conceptuales que les permita analizar, con cierto grado de distancia, lo que ocurrió. Y ocurrió, ¿qué ocurrió? que todas ellas fueron superadas. La tradicional posición del periodismo fue sustituida por el show del espectáculo, o, aún más, por el postespectáculo. Mineros transformados, por efecto del juego del simulacro, en presentadores de televisión.
El presidente Piñera –acompañado en la mina por su hermano Miguel Piñera- desafiando a los 33 a jugar un partido de fútbol con los integrantes del gobierno, y como propuesta, que: “el que pierde vuelve a la mina..:” ¿A la mina?
Las imágenes paralelamente realizaban un simulacro de encuesta sobre ¿qué puesto ocuparán los integrantes de gobierno?
Pero, también, aparece la vigilancia… Las cámaras controlando, panópticamente, cada minuto de su vida fuera de la mina. Tal como lo hicieron adentro de ella. Una transmisión que intenta simular “transparentar” la realidad pero que se encuentra con la monstruosidad de lo real. La heroicidad que la televisión intenta construir no es más que la deconstrucción de un vacío sin más sustancia que la intangilidad televisiva.

III
La pregunta sobre sí la sociedad postmoderna (o, en otro tono, sociedad de la comunicación) es más transparente, se la formuló, entre otros, Gianni Vattimo. La respuesta, después de varios ensayos y pruebas a la que fue sometida, fue negativa. La sociedad postmoderna no es más transparente, indica Vattimo, sino más compleja, más inestable, sostendría quien escribe.
No obstante ello, uno podría someter, nuevamente esa pregunta, a deconstrucciones múltiples. La transparencia en la televisión se ha transformado en mostrar vidas que transcurren entre conflictos maritales, familiares, en escenarios más propios de culebrones, en performativos que –siguiendo a Austin- estamos preparados para recibirlos y no sorprenden más que al simulado espectador que quiere autosorprenderse porque su vida no tiene más sorpresas que la aparecida en la televisión.
En el caso de los mineros se cumplió el plan… La salida estuvo marcada por conflictos maritales, desavenencias familiares, especulaciones sobre sus futuros llenos de éxito. A eso se redujo.
No obstante, las vinculaciones entre el gobierno y la impunidad de la empresa de la minería que sigue explotando trabajadores, no formó parte del relato televisivo; las vinculaciones entre la empresa que proporcionó la segunda máquina y el ministro de Defensa Jaime Ravinet, tampoco (http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2010/10/13/noticias/pais/2010/10/08/declaracion-de-intereses-de-ravinet-no-incluye-a-empresa-duena-de-la-perforadora-del-%E2%80%9Cplan-b%E2%80%9D/). Sólo el interminable show que dejó encendida la luz que iluminó a los mineros bajo tierra en Copiapó.
Y, estas luces, todavía no se apagarán… Porque el último que se fue no apagó la luz.

viernes, 8 de octubre de 2010

Filosofía en The Sex Pistols. II parte,



Filosofía en The Sex Pistols: entre el anticristo punk y el nihilismo.
Segunda parte.
Víctor Silva Echeto.



I
En Nietzsche puede establecerse una conexión entre el anticristo, Dionisos y Zaratustra, los tres encarnan la tensión nihilista de cuestionar los valores sobre los que se construye la mirada occidental y la moral establecida.
Los Sex Pistols en Anarchy in the UK maldicen el presente, mientras que en God Save the Queen maldicen el pasado “con una blasfemia tan dura” que también arrastra al futuro: “No hay futuro…”


No hay futuro
No hay futuro
No hay futuro para ti
No hay futuro.
No hay futuro
No hay futuro
No hay futuro para mí.

El contexto de época es el del final del “sueño americano”. El cine lo asumía en la era de la “imagen- tiempo” que, para Deleuze, se superpone sobre la “imagen- movimiento”. Sobre la base de esta segunda, que tuvo sus puntos destacados con el acontecimiento que fue el “montaje”, se construyó una máquina épica que en los casos del cine- montaje de Eisenstein o David Wark Griffith, quienes instauraron el “sueño soviético”, por un lado, y, “el sueño americano, por otro. La crítica y crisis de esos sueños son una bofetada al interior de occidente.
En Estado Unidos, el cine de Elia Kazan, por ejemplo, se sustenta sobre esa crítica/crisis. Por su parte, en Inglaterra, la crisis socio-económico-cultural, tendrá sus consecuencias, por ejemplo, con el surgimiento de los cultural studies y su puesta en tensión en las relaciones entre cultura popular, cultura de elite y cultura de masas.

II
En Nietzsche el nihilismo es la transvalorización de todos los valores. Como los jóvenes rusos de la década del ’60 del siglo XIX, apuntalados por Turgénev en Padres e hijos, el “no futuro” de los Sex Pistols es el grito contra la linealidad temporal representada por los padres.
Los jóvenes nihilistas, retratados como rudos y cínicos, combatieron y ridiculizaron las ideas de sus padres. Su sinceridad rayaba la ofensa y el mal gusto, y esta actitud fue lo que más pareció definir a este movimiento.
Este movimiento, cuesta llamarlo vanguardia, se agrupa alrededor de la publicación Russkoe slovo. Los nihilistas abrazaron el materialismo –y el ateísmo- de la época de forma casi fanática; todo elemento religioso o idealista era rechazado. El principal redactor de Russkoe slovo, y máximo representante del llamado “nihilismo” fue Dmitri I. Pisarev (1840-1868). Junto a éste destacaron Varfolomei Zaitsev y Nikolai V. Sokolov. También, como los nihilistas rusos, lanzaron un grito contra la monarquía

dios salve a la reina
a su régimen fascista
éste, te convirtió en un subnormal
una bomba de hidrógeno en potencia
dios salve a la reina
ella no es ningún ser humano
no hay futuro



III
Retorno del Anticristo…
Ley contra el cristianismo, dada en el día de la salvación, en el día primero del año uno (-el 30 de septiembre de 1888 de la falsa cronología)
Guerra a muerte contra el vicio: el vicio es el cristianismo.
ARTÍCULO PRIMERO: Viciosa es toda especie de contranaturaleza. La especie más viciosa de hombre es el sacerdote: el enseña la contranaturaleza. Contra el sacerdote no se tienen razones se tiene presidio.
ARTÍCULO SEGUNDO: Toda participación en un servicio divino es un atentado contra la moralidad pública. Se será mas duro contra los protestantes que contra los católicos, mas duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser-cristiano crece en la medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por consiguiente, el filósofo.
ARTÍCULO TERCERO: El lugar maldito en que el cristianismo ha encovado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En él se criarán serpientes venenosas.
ARTÍCULO CUARTO: La predicación de la castidad es una incitación pública a la contranaturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto de “impuro” es el autentico pecado contra el espíritu santo de la vida.
ARTÍCULO QUINTO: Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello uno se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestro chandala , - se le proscribirá, se lo hará morir de hambre, se lo echará a toda especie de desierto.
ARTÍCULO SEXTO: A la historia “sagrada” se la llamará con el nombre que merece, historia maldita; las palabras “Dios”, “redentor”, “santo”, se las empleará como insultos como divisas para los criminales.
ARTÍCULO SÉPTIMO: El resto se sigue de aquí.
IV
Estas vinculaciones entre Nietzsche y los Sex Pistols, a partir de la confusión en el grito de Johnny Rotten entre “soy un anticristo” y “soy un anarquista”, confusión que se mantiene en el libro de Greil Marcus, Rastros de carmín, pueden parecer forzadas, considerando, además, la influencia de los Lollardos en los Pistols. Sin embargo, los despiertan de sus tumbas después de cientos de años de olvido, por sus antiguas herejías británicas que equiparaban trabajo con pecado, rechazando a ambos. “En el siglo XIV resultó un credo peligroso, y una idea bastante extraña para aparecer en una canción pop del siglo XX” (Marcus, 1999: 21). En 1975, narra Bernard Rhodes –conspirador de la tienda de Malcolm McLaren y manager de Clash- “estaba escuchando la radio y algún enteradillo soltó su cháchara acerca de que si las cosas seguían como hasta entonces habría ochocientos mil parados en 1979, mientras que otro tipo dijo que si tal cosa sucedía sería el caos, sería de hecho la anarquía en las calles. Ésa era la raíz del punk. Uno lo sabía”.
En 1977, en Pretty vacant (bastante desocupado) reclamaban el derecho a no trabajar, y a ignorar todos los valores que eso implicaba: perseverancia, ambición, piedad, frugalidad, honestidad.

Estamos bastante/bastante desocupados
Estamos bastante/bastante desocupados
Estamos bastante/bastante desocupados/
y no nos importa.

“Y con todo era su disco más divertido, y el mas profesional: sonaban más como los Beatles que como un accidente de tráfico, pero cuando Johnny Rotten sacaba la lengua como si esa fuese su última palabra, levantaba ampollas; al igual que los singles anteriores, Pretty vacant” provocaba una carcajada en el público, y luego la devolvía garganta abajo.
La crítica al trabajo, como alienación, también se encontrará en uno de los principales articuladores del movimiento situacionista , Raoul Vaneigem, fundamentalmente, en Tratado para saber vivir de las nuevas generaciones.
“Referencias a la supuesta relación de Malcolm McLaren con la espectral ‘IS’ eran moneda corriente en la prensa pop británica…”.

V
La muerte de Dios en Nietzsche asume otro giro en la crítica humanista de la segunda mitad del siglo XX. Las tesis de Kojève sobre el fin de la historia, a partir de sus lecturas de Hegel, asumen diversos posicionamientos: el primero e inicial, su debate con su discípulo Bataille, en el que está en juego la figura de la soberanía en la época de la conclusión de la historia humana. Varios escenarios detalla Agamben: “en la nota adjunta a la segunda edición de su Introduction, Kojève se distancia de la tesis enunciada en la primera, según la cual el fin de la historia coincide sencillamente con el volverse a convertir el hombre en animal, con su desaparición como hombre en sentido propio (es decir, como sujeto de la acción negativa)”.
Durante un viaje a Japón en 1959, Kojève se había interesado por una cultura posthistórica, en que los hombres, abandonando la acción negativa, siguen separando la forma de sus contenidos, no para transformar estos últimos, sino para practicar una suerte de “esnobismo en estado puro”, por ejemplo, en las ceremonias. La desocupación ocupará aquí un papel central del debate con Bataille, quien la concibe como una forma soberana y sin empleo de la negatividad.
Foucault, en Las palabras y las cosas, le dará otro giro al antihumanismo, y, posteriormente, girará aún más ante la pregunta: Was ist Aufklärung? “Es un tema, o más bien un conjunto de temas que han reaparecido muchas veces a lo largo del tiempo en las sociedades europeas. Esos temas, siempre ligados a juicios de valor, evidentemente siempre han variado mucho en su contenido, así como en los valores que han preservado. Han servido, además, como principio crítico de diferenciación: hubo un humanismo que se presentaba como crítica del cristianismo o de la religión en general; hubo un humanismo cristiano en oposición a un humanismo ascético y mucho más teocéntrico (esto, en el siglo XVII). En el siglo XIX, hubo un humanismo desconfiado, hostil y crítico en relación con la ciencia; mas, por el contrario, hubo otro que cifraba toda su esperanza en esa misma ciencia. El marxismo, el existencialismo y el personalismo también han sido humanismos. Hubo un tiempo en el que se respaldaron los valores humanistas representados por el nacional-socialismo, y en el que los mismos estalinistas decían que eran humanistas.
De esto no hay por qué sacar la consecuencia de que todo cuanto haya podido reclamarse como propio del humanismo tenga que ser rechazado. Más bien podemos concluir que la temática humanista es, en sí misma, demasiado dócil, demasiado diversa y demasiado inconsistente como para servir de eje a la reflexión. Y es un hecho que, al menos desde el siglo XVII, lo que se denomina humanismo ha estado siempre obligado a tomar asidero en ciertas concepciones del hombre tomadas prestadas de la religión, de la ciencia o de la política. El humanismo sirve para colorear y justificar las concepciones del hombre a las cuales se ha visto obligado a recurrir.
Ahora bien, en relación con esto último, yo creo que se puede oponer a esa temática –con frecuencia tan recurrente y siempre dependiente del humanismo- el principio de una crítica y de una creación permanente de nosotros-mismos en nuestra autonomía: es decir, un principio que está en el corazón de la consciencia histórica que la Aufklärung ha tenido de sí misma”.

VI
En los dos casos citados de los Sex Pistols, God save the Queen y Pretty vacant, hay un exceso de significantes, desprendimientos de líneas superficiales sin profundidad, fractura de las líneas convergentes sintagmáticas y paradigmáticas o de vigencias sin significados.