viernes, 8 de octubre de 2010

Filosofía en The Sex Pistols. II parte,



Filosofía en The Sex Pistols: entre el anticristo punk y el nihilismo.
Segunda parte.
Víctor Silva Echeto.



I
En Nietzsche puede establecerse una conexión entre el anticristo, Dionisos y Zaratustra, los tres encarnan la tensión nihilista de cuestionar los valores sobre los que se construye la mirada occidental y la moral establecida.
Los Sex Pistols en Anarchy in the UK maldicen el presente, mientras que en God Save the Queen maldicen el pasado “con una blasfemia tan dura” que también arrastra al futuro: “No hay futuro…”


No hay futuro
No hay futuro
No hay futuro para ti
No hay futuro.
No hay futuro
No hay futuro
No hay futuro para mí.

El contexto de época es el del final del “sueño americano”. El cine lo asumía en la era de la “imagen- tiempo” que, para Deleuze, se superpone sobre la “imagen- movimiento”. Sobre la base de esta segunda, que tuvo sus puntos destacados con el acontecimiento que fue el “montaje”, se construyó una máquina épica que en los casos del cine- montaje de Eisenstein o David Wark Griffith, quienes instauraron el “sueño soviético”, por un lado, y, “el sueño americano, por otro. La crítica y crisis de esos sueños son una bofetada al interior de occidente.
En Estado Unidos, el cine de Elia Kazan, por ejemplo, se sustenta sobre esa crítica/crisis. Por su parte, en Inglaterra, la crisis socio-económico-cultural, tendrá sus consecuencias, por ejemplo, con el surgimiento de los cultural studies y su puesta en tensión en las relaciones entre cultura popular, cultura de elite y cultura de masas.

II
En Nietzsche el nihilismo es la transvalorización de todos los valores. Como los jóvenes rusos de la década del ’60 del siglo XIX, apuntalados por Turgénev en Padres e hijos, el “no futuro” de los Sex Pistols es el grito contra la linealidad temporal representada por los padres.
Los jóvenes nihilistas, retratados como rudos y cínicos, combatieron y ridiculizaron las ideas de sus padres. Su sinceridad rayaba la ofensa y el mal gusto, y esta actitud fue lo que más pareció definir a este movimiento.
Este movimiento, cuesta llamarlo vanguardia, se agrupa alrededor de la publicación Russkoe slovo. Los nihilistas abrazaron el materialismo –y el ateísmo- de la época de forma casi fanática; todo elemento religioso o idealista era rechazado. El principal redactor de Russkoe slovo, y máximo representante del llamado “nihilismo” fue Dmitri I. Pisarev (1840-1868). Junto a éste destacaron Varfolomei Zaitsev y Nikolai V. Sokolov. También, como los nihilistas rusos, lanzaron un grito contra la monarquía

dios salve a la reina
a su régimen fascista
éste, te convirtió en un subnormal
una bomba de hidrógeno en potencia
dios salve a la reina
ella no es ningún ser humano
no hay futuro



III
Retorno del Anticristo…
Ley contra el cristianismo, dada en el día de la salvación, en el día primero del año uno (-el 30 de septiembre de 1888 de la falsa cronología)
Guerra a muerte contra el vicio: el vicio es el cristianismo.
ARTÍCULO PRIMERO: Viciosa es toda especie de contranaturaleza. La especie más viciosa de hombre es el sacerdote: el enseña la contranaturaleza. Contra el sacerdote no se tienen razones se tiene presidio.
ARTÍCULO SEGUNDO: Toda participación en un servicio divino es un atentado contra la moralidad pública. Se será mas duro contra los protestantes que contra los católicos, mas duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser-cristiano crece en la medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por consiguiente, el filósofo.
ARTÍCULO TERCERO: El lugar maldito en que el cristianismo ha encovado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En él se criarán serpientes venenosas.
ARTÍCULO CUARTO: La predicación de la castidad es una incitación pública a la contranaturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto de “impuro” es el autentico pecado contra el espíritu santo de la vida.
ARTÍCULO QUINTO: Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello uno se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestro chandala , - se le proscribirá, se lo hará morir de hambre, se lo echará a toda especie de desierto.
ARTÍCULO SEXTO: A la historia “sagrada” se la llamará con el nombre que merece, historia maldita; las palabras “Dios”, “redentor”, “santo”, se las empleará como insultos como divisas para los criminales.
ARTÍCULO SÉPTIMO: El resto se sigue de aquí.
IV
Estas vinculaciones entre Nietzsche y los Sex Pistols, a partir de la confusión en el grito de Johnny Rotten entre “soy un anticristo” y “soy un anarquista”, confusión que se mantiene en el libro de Greil Marcus, Rastros de carmín, pueden parecer forzadas, considerando, además, la influencia de los Lollardos en los Pistols. Sin embargo, los despiertan de sus tumbas después de cientos de años de olvido, por sus antiguas herejías británicas que equiparaban trabajo con pecado, rechazando a ambos. “En el siglo XIV resultó un credo peligroso, y una idea bastante extraña para aparecer en una canción pop del siglo XX” (Marcus, 1999: 21). En 1975, narra Bernard Rhodes –conspirador de la tienda de Malcolm McLaren y manager de Clash- “estaba escuchando la radio y algún enteradillo soltó su cháchara acerca de que si las cosas seguían como hasta entonces habría ochocientos mil parados en 1979, mientras que otro tipo dijo que si tal cosa sucedía sería el caos, sería de hecho la anarquía en las calles. Ésa era la raíz del punk. Uno lo sabía”.
En 1977, en Pretty vacant (bastante desocupado) reclamaban el derecho a no trabajar, y a ignorar todos los valores que eso implicaba: perseverancia, ambición, piedad, frugalidad, honestidad.

Estamos bastante/bastante desocupados
Estamos bastante/bastante desocupados
Estamos bastante/bastante desocupados/
y no nos importa.

“Y con todo era su disco más divertido, y el mas profesional: sonaban más como los Beatles que como un accidente de tráfico, pero cuando Johnny Rotten sacaba la lengua como si esa fuese su última palabra, levantaba ampollas; al igual que los singles anteriores, Pretty vacant” provocaba una carcajada en el público, y luego la devolvía garganta abajo.
La crítica al trabajo, como alienación, también se encontrará en uno de los principales articuladores del movimiento situacionista , Raoul Vaneigem, fundamentalmente, en Tratado para saber vivir de las nuevas generaciones.
“Referencias a la supuesta relación de Malcolm McLaren con la espectral ‘IS’ eran moneda corriente en la prensa pop británica…”.

V
La muerte de Dios en Nietzsche asume otro giro en la crítica humanista de la segunda mitad del siglo XX. Las tesis de Kojève sobre el fin de la historia, a partir de sus lecturas de Hegel, asumen diversos posicionamientos: el primero e inicial, su debate con su discípulo Bataille, en el que está en juego la figura de la soberanía en la época de la conclusión de la historia humana. Varios escenarios detalla Agamben: “en la nota adjunta a la segunda edición de su Introduction, Kojève se distancia de la tesis enunciada en la primera, según la cual el fin de la historia coincide sencillamente con el volverse a convertir el hombre en animal, con su desaparición como hombre en sentido propio (es decir, como sujeto de la acción negativa)”.
Durante un viaje a Japón en 1959, Kojève se había interesado por una cultura posthistórica, en que los hombres, abandonando la acción negativa, siguen separando la forma de sus contenidos, no para transformar estos últimos, sino para practicar una suerte de “esnobismo en estado puro”, por ejemplo, en las ceremonias. La desocupación ocupará aquí un papel central del debate con Bataille, quien la concibe como una forma soberana y sin empleo de la negatividad.
Foucault, en Las palabras y las cosas, le dará otro giro al antihumanismo, y, posteriormente, girará aún más ante la pregunta: Was ist Aufklärung? “Es un tema, o más bien un conjunto de temas que han reaparecido muchas veces a lo largo del tiempo en las sociedades europeas. Esos temas, siempre ligados a juicios de valor, evidentemente siempre han variado mucho en su contenido, así como en los valores que han preservado. Han servido, además, como principio crítico de diferenciación: hubo un humanismo que se presentaba como crítica del cristianismo o de la religión en general; hubo un humanismo cristiano en oposición a un humanismo ascético y mucho más teocéntrico (esto, en el siglo XVII). En el siglo XIX, hubo un humanismo desconfiado, hostil y crítico en relación con la ciencia; mas, por el contrario, hubo otro que cifraba toda su esperanza en esa misma ciencia. El marxismo, el existencialismo y el personalismo también han sido humanismos. Hubo un tiempo en el que se respaldaron los valores humanistas representados por el nacional-socialismo, y en el que los mismos estalinistas decían que eran humanistas.
De esto no hay por qué sacar la consecuencia de que todo cuanto haya podido reclamarse como propio del humanismo tenga que ser rechazado. Más bien podemos concluir que la temática humanista es, en sí misma, demasiado dócil, demasiado diversa y demasiado inconsistente como para servir de eje a la reflexión. Y es un hecho que, al menos desde el siglo XVII, lo que se denomina humanismo ha estado siempre obligado a tomar asidero en ciertas concepciones del hombre tomadas prestadas de la religión, de la ciencia o de la política. El humanismo sirve para colorear y justificar las concepciones del hombre a las cuales se ha visto obligado a recurrir.
Ahora bien, en relación con esto último, yo creo que se puede oponer a esa temática –con frecuencia tan recurrente y siempre dependiente del humanismo- el principio de una crítica y de una creación permanente de nosotros-mismos en nuestra autonomía: es decir, un principio que está en el corazón de la consciencia histórica que la Aufklärung ha tenido de sí misma”.

VI
En los dos casos citados de los Sex Pistols, God save the Queen y Pretty vacant, hay un exceso de significantes, desprendimientos de líneas superficiales sin profundidad, fractura de las líneas convergentes sintagmáticas y paradigmáticas o de vigencias sin significados.

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