martes, 30 de noviembre de 2010

Presentación del libro "Ópticas de la modernidad".

Presentación del libro Ópticas de la modernidad.
Miércoles 1 de diciembre.
12 hs.
Universidad de Playa Ancha.


La desviación de la mirada en la modernidad.
A propósito de Ópticas de la modernidad de Álvaro Cuadra.

Víctor Silva Echeto.

I
En Walter Benjamin. Ópticas de la modernidad, Álvaro Cuadra traza un conjunto de cartografías sobre las modernidades en plural, no como homogeneidad- singularizada, sino como heterogéneas miradas que se cruzan entre abigarrados espejos deformantes. El mismo textualista reconoce que el término modernidad es “equívoco y evasivo (…) pero posee la ventaja de ser admitido por todos, aunque su sentido último sea objeto de debate” (Cuadra, 2010: 15).
Si focalizar el texto en Walter Benjamin es una estrategia teórico- metodológica, las otras máquinas textuales (o discurso- visuales, en una terminología más cercana al Foucault que lee Deleuze) que convoca, interrogan y desafían a las modernidades desde una actualidad hipermoderna que se transforma en un devenir de aquellas. Ya la idea de ópticas, da cuenta de la intención visual del ensayista, y unida, en el sintagma, a la de modernidad, asume la caracterización fundamentalmente visual de esta época, tal como lo ha consignado, entre otros, Martin Jay.
La máquina textual de Cuadra convoca a las voces (en el sentido polifónico de Bajtin) de Walter Benjamin, Julio Verne y Julio Córtazar pero, también, se perciben los ecos sonoros de Borges, Ferdinand de Saussure, Roland Barthes, Krakauer, Adorno, Derrida, el dodecafonismo y la música atonal, la poética visual, el letrismo y el situacionismo, la antropofagia, la crítica cultural (no en un sentido, simplemente, filosófico sino como desafío a la cultura sustantiva y mayúscula, desde ese adjetivo que interroga y nos interroga).
Cuadra juega, desafía, avanza en ese tejido de signos pero retrocede para, tal como la rayuela (ese juego que en Chile necesita de otra traducción –algo que seduciría a Benjamin-), retroceder en el salto hacia el cielo hacia los infiernos.
El presente prefijado –post, neo, hiper, trans, tardo, sobre- que se ubica como temporalidades entre temporalidades, como un hiato abierto a la temporalidad moderna, se encuentra con el libro de los pasajes, París en el siglo XIX, calificado como un collage –por su carácter inacabado-, híbrido –porque, además, está escrito en francés y alemán-, como un log-book. Es decir, “como una imagen poética surrealista”, como una instantánea –tal como Benjamin caracteriza al surrealismo: “la última instantánea de la inteligencia europea”-, ingresando en ese grupo de pensadores, escritores, transgresores que veían –y no está de más repetirlo que veían- en lo visual un campo de transformación cultural.
“El aburrimiento es siempre contrarrevolucionario”, escribían a modo de eslogan grafitero los situacionistas. En El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea, Benjamin cuestionaba que el surrealismo fuera solamente un movimiento literario motivado por la crisis del humanismo e incentivado por el consumo “extático” de alucinógenos. Con citas que lo aproximan al marxismo, al anarquismo y a la crisis en el arte, Benjamin, entre otras cosas, sostenía que “desde los escritos de Bakunin, no ha habido en Europa un concepto radical de libertad. Los surrealistas sí lo tienen. Ellos son los primeros en haber despachado el anticuado ideal de liberal humanista- moral de libertad, porque saben que ‘la libertad, que ha sido adquirida en esta Tierra al precio de tan duros sacrificios, se ha disfrutar sin restricciones durante todo el tiempo en que esté dada, sin hacer concesiones al pragmatismo en ninguna de sus encarnaciones’” (Benjamin, 2007: 313). Y París fue un escenario para esa construcción de una poética de lo visual.

II
Pero, también, París puede ser leída como tragedia. Como indica Cuadra: “Julio Verne se ha instalado en el imaginario occidental como un adalid del progreso y la ciencia, un soñador, acaso un vidente del futuro. Sin embargo, ‘París en el siglo XX’, una obra primeriza de 1863, delata ya otra lectura posible de la obra verniana, el advenimiento de la modernidad como tragedia” (Cuadra, 2010: 39).
En Verne la novela de anticipación –se ubica a un joven poeta cien años después que el narrador, en 1960-, difiere el presente, distiende el futuro, la distopía hace circular una relación figurativa entre “ahora” y “porvenir”.
Dos rostros de las modernidades el de una ciudad extasiada en su propia luminosidad, París, y el de otra ciudad estasiada en la parálisis estática de esas mismas luces transformadas en sombras, París. El boxeador de Hemingway alardeando París no se acaba nunca y el imitador descrito por Vila- Matas que simula otra París, trágica.

III
Jean Baudrillard pasó a coleccionar objetos en su narrativa a simularlos en el espejo del agua narcisista y, de estos, a la seducción como reproducción infinita de una forma sin contenido. Cuadra retoma una y otra vez, a lo largo del texto, las tres fases de la seducción: la fase ritual, la estética y la política.
En la ritual están los objetos coleccionados por Benjamin, mientras que en la estética aparece el juego, el desvío (detournement), conjugándose en Benjamin la mezcla de lo irónico y lo diabólico pero, también, Julio Cortázar instalando ese juego inacabado de significantes que es Rayuela. Finalmente, la última frontera de la seducción es la política donde se conjuga la fase revolucionaria (Blanqui, Benjamin y las barricadas) y la desesperanza que nos presenta Verne.
Estas máquinas inacabadas, esos espejos de-formantes, esos anacolutos (es decir, recursos de estilo en que una frase es desprovista de coherencia sintáctica cuyo propósito es privilegiar el nivel semántico (…) El anacoluto es la alteración sintáctica que da cuenta de una anomalía o perturbación radical en la expresión). En el texto “las barricadas expresan, justamente, estos anacolutos de la textualidad urbana” (Cuadra, 2010: 95), también, no obstante, podría leerse “Ópticas de la modernidad” como una barricada textual que desafían la gramaticalidad del siglo XIX. Como en la música, “Ópticas…” leídas desde esta posición, se acercan mucho más a la música atonal, al jazz, rock and roll, a la bossa nova, a la tropicalia, al punk y al hip hop, parafraseando un texto escrito hace unas décadas sobre Benjamin “es la peligrosa idea de Álvaro Cuadra”.

IV
Rayuela instala otra peligrosa idea, la de la ruptura como juego, siguiendo el camino ya trazado por Joyce, Kafka, y, antes aún, por Cervantes –límite para Foucault entre la primera parte y la segunda de la novela entre el Renacimiento y la Modernidad- y, en América Latina, por Borges, Onetti. Es decir, es la hipertextualidad –más que la intertextualidad- que emerge diseminando sentidos que ya no tienen retorno a su origen. Hipertextos, saltos en los sentidos, puertas que se abren hacia laberintos sin caminos rectos ni direcciones precisas, son los límites del texto más allá de él –si es que hay más allá- sinsentido, antihermenéutica y obra abierta.
Esta última, caracterización de un primer Eco antes de su conservadora transformación al límite de la interpretación, puede ser la definición –si es que es posible definir- de Ópticas de la modernidad, una máquina textual insubordinada, subversiva, transgresora.
En momentos en que el gobierno de Chile intenta instalar la neofuncionalista, neoliberal y previsible política, para unos, de leer signos –alfabéticos y numéricos- desde la funcionalidad denotativa de su sentido inmediato, mientras que, para otros, se les permitirá una educación más compleja y menos previsible (me imagino que sabemos cuáles son unos y cuáles son otros), leer Ópticas es subvertir esas políticas construyendo nuevas barricadas frente a la parálisis de un sistema universitario que, en vez de resistir, desiste y no insiste.

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Dra. Marcela Prado Traverso, Directora de la Escuela de Postgrados, Dr. Felip
Gasón I Martín, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Dr. Víctor Silva
Echeto, coordinador del Magíster en Comunicación de la Universidad de Playa
Ancha, tienen el agrado de
INVITAR A USTED
a la presentación del libro Walter Benjamin. Ópticas de la modernidad, del que es
autor el Dr. Álvaro Cuadra (profesor del Magíster en Comunicación de la
Universidad de Playa Ancha), el día miércoles 1 de diciembre a las 12: 00 hs en
la Sala Carlos Pantoja, segundo piso sede central de la Universidad de Playa
Ancha.
Estarán a cargo de la presentación Carlos Ossa (Universidad de Chile) y Víctor
Silva Echeto (Universidad de Playa Ancha).
Organiza: Magíster en Comunicación.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Playa Ancha.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Visualidad, excepción y rupturas.



Visualidad, excepción y rupturas.

Víctor Silva Echeto.
Participación en el Seminario Modalidades de la visualidad.
Viernes 19 de noviembre de 2010.
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

1- El complejo camino recorrido por el concepto de biopolítica en Foucault.

La relación entre Michel Foucault y el concepto de biopolítica no deja de ser enigmática. Sin ser el primero que formuló la noción, ya que la biopolítica (con otras ideas similares como la de geopolítica) se encuentran en Rudolf Kjellen, ni el último, hoy ampliada por Toni Negri, Roberto Esposito o Giorgio Agamben, no hay una sistematización a lo largo de su trabajo, sino que el tratamiento del concepto forma parte de los últimos fragmentos de La voluntad de saber, primer tomo de la Historia de la Sexualidad, donde se refiere al pasaje entre el Dejar Morir y Hacer Vivir por el Dejar Vivir y Hacer Morir, sin embargo, en los cursos del College o en sus conferencias entre 1974 y 1979, forma parte la biopolítica de sus preocupaciones, ubicadas en torno a la “sociedad”, “la seguridad”, “el territorio”, “la población”, “la administración de la vida”, “el cuerpo”, “el racismo”, “la biologización”, “el neoliberalismo”, “la economía”, etc…
Es más, en el curso “Nacimiento de la biopolítica”, no se refiere explícitamente a la biopolítica sino al neoliberalismo y a una supuesta extensión de aquella en la idea de Vitalpolitik. No obstante, como todo registro conceptual, la respuesta a la pregunta por la biopolítica en Foucault, es compleja, críptica, discontinua…
La biopolítica, en Foucault, es administración de la vida, pero, también, del cuerpo; interrogación por la seguridad y por el entramado de disciplinamientos y seguridades en el pasaje de la época clásica (según le llaman los franceses) a la modernidad. Es, en definitiva, y me sirvo aquí de Giorgio Agamben, de la oikonomía como administración y gestión, política y, porque no, visual. Oikonomía visual o economímesis, en términos de Derrida.
Con lo visual, tampoco, Foucault tuvo una relación fácil. Si en sus primeros trabajos ocupa un lugar central de sus reflexiones: Nacimiento de la clínica, arqueología de la mirada médica; Historia de Locura; Las palabras y las cosas –que da paso al intercambio epistolar con Magritte-; son algunos de los principales dispositivos de reflexión sobre lo visual. Aún más, se podrían rastrear más atrás en el tiempo estas vinculaciones.
Así las cosas, a los efectos de mi investigación, es interesante la relación indirecta que se puede rastrear entre Warburg y Foucault, ya que uno de los primeros escritos sobre imágenes visuales de este último es la introducción a Binswanger, de quien traduce al francés. Binswanger, paralelamente, es el psiquiatra director de la clínica Bellevue, donde fue trasladado Warburg. De la relación entre Binswanger y Warburg se encuentra publicada la historia clínica de éste (2007). Podría pensarse, aún, que el método “de la ciencia sin nombre” (Agamben) wanburgiano tiene una estrecha relación –por no decir influencias- sobre el de las “signaturas” foucaultiano de Las palabras y las cosas, y el que actualmente está desarrollando Agamben. Es decir, el método heterotópico de lanzar signos y vincularlos sin que entre ellos tuvieran alguna relación previa. “(…) algo que en un signo o en un concepto lo excede para reenviarlo a una determinada interpretación o para desplazarlo hacia otro contexto, sin salirse sin embargo del ámbito de lo semiótico para constituir un nuevo significado” (Agamben, 2008: 156).
La enciclopedia china borgeana que inspira Las palabras y las cosas es un destacado ejemplo del pensamiento por signaturas heterotópico (Foucault, 1986). El debate entre los postwanburgianos entre icológicos e iconográficos se fracturaría en las signaturas. A diferencia de Agamben, en Foucault quedaría en el pensamiento del Renacimiento… Lo interesante es recuperarlo para diseñar una metodología de análisis de lo visual.
2- Las idas y vueltas de lo visual en Foucault: entre Jay y Deleuze.
En La arqueología del saber, empero, se produciría un retroceso en el Foucault visual, quizás paralelo a su temprano alejamiento de la fenomenología, ya que el método foucaultiano se centra en lo discursivo, definiendo lo que no forma parte de ese registro, por negatividad (formaciones no discursivas).
Es Gilles Deleuze, quien –en su homenaje- sostiene que “Foucault siempre ha sabido pintar maravillosos cuadros como fondo de su análisis” (1986). Son las palabras de Deleuze (1986: 78): “Cuando se olvida la teoría de las visibilidades se mutila la concepción que Foucault tiene de la historia, pero también se mutila su pensamiento, su concepción del pensamiento”. Así, “se lo convierte en una variante de la filosofía analítica actual, con la que no tiene casi nada en común (salvo quizá con Wittgenstein, si de él extraemos una relación original entre lo visible y lo enunciable)”.
Michel Foucault “siempre se sintió tan fascinado por lo que veía como por lo que oía o leía, y la arqueología tal y como él la concebía es un archivo audiovisual (empezando por la historia de las ciencias). Si a Foucault le gusta enunciar y descubrir los enunciados de los demás, es porque también tiene una pasión por ver”: lo característico de Foucault “es la voz, pero también los ojos. Los ojos, la voz. Foucault siempre ha sido un vidente, a la vez que introducía en la filosofía un nuevo estilo de enunciados, de acuerdo con un doble movimiento, con un doble ritmo” (Deleuze, 1986: 78).
Es Martin Jay, en un texto sobre Parresía visual, quien discute esta perspectiva deleuziana sobre Foucault –a partir de Flynn y Shapiro-: “en toda su ocupación sobre el poder, incluyendo el poder del ojo para dominar lo que es visto, Foucault reconoció, después de todo, lo inevitable de la resistencia. Pero no fue nunca una resistencia que pudiera derribar por entero el poder hegemónico que venía a prevalecer, únicamente evitaba su completa realización. En el caso del régimen escópico moderno, las prácticas visuales alternativas existieron y pudieron ser nutrientes, pero no pudieron restaurar la absoluta inocencia del ojo” (Jay, 2004: 10- 11).
El interés de Jay, justamente al centrarlo en la parresía, es preguntarse por los vínculos entre la veridicción –el decir verdadero- y la visualidad en Foucault, por ello la interrogante del título: “¿parresía visual?”. A esta le suma otras interrogantes: “¿entendió Foucault ciertos regímenes discursivos fuera del conocimiento sostenido visualmente, la evidencia de los ojos o sus extensiones, como una fuente privilegiada de saber válido?”, “¿argumentó Foucault que la visualidad pudo de algún modo establecer una táctica alrededor de la discursividad y proveer una base para una verdad que no fuera meramente un efecto de un régimen discursivo específico? Y si es así, ¿escapó de la fuerza gravitatoria del campo de poder en el que estaba inmerso? Aquí habríamos de examinar los candidatos para los modos alternativos de experiencia visual y ver si pueden ayudar a un modo de decir la verdad –llámese parresía visual o quizás mejor, ‘mostrar con verdad’”.
Los argumentos, para intentar responder a esas preguntas de Jay, toman como eje el libro de Deleuze sobre Foucault. “En buena parte de la literatura sobre Foucault que subraya su desconfianza en la visualidad, incluyendo mi propio trabajo, la dirección de esta contestación mutua está dirigida a favor del lenguaje interfiriendo la visualidad” (Jay, 2004: 16).
Jay indica que “hay modos (…) en los que la resistencia al poder podría tomar formas visuales, pero éstas son entendidas por Foucault en términos ampliamente negativos, interferencias en la visualidad hegemónica de una era, como el desafío de Manet a la pintura perspectivista tradicional” (que se encuentra en un texto sobre Manet que Foucault deja inacabado en 1968). Estos enfrentamientos a las práctica dominantes de visualidad “raramente … se traducen en expresiones positivas de otro orden visual que se acerca a una verdad asentada en una forma de vida, una práctica crítica cuyos efectos Foucault vino a valorar, tanto teóricamente como en su propia vida como intelectual profundamente comprometido. Esta restricción de lo visual para interrumpir las visualidades hegemónicas podría no ser equivalente a la denigración de toda experiencia visual, pero está lejos de posicionarse en una alternativa completamente saludable, no hay veridicción del ojo, no hay aprehensión intuitiva del mundo a través de la mediación de los sentidos. En breve, no hay parresía visual para Michel Foucault, quien como Derrida, habría advertido a Cézanne de que su obligación de decir a su amigo la verdad en pintura sería una deuda dejada sin pagar para siempre” (Jay). Aunque Jay, matiza sus argumentos de Ojos abatidos, sigue moviéndose en una línea que critica la ambivalencia de Foucault sobre lo visual, pero esa ambivalencia –debería de saberlo Jay- forma parte de todo ese proyecto discontinuo sobre el que el pensador francés construyó su arqueología.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

SEMINARIO 2010 Modalidades de la visualidad: Tres dimensiones para una critica de la mirada

SEMINARIO 2010
Modalidades de la visualidad: Tres dimensiones para una critica de la mirada

La reflexión en torno a la mirada como foco de problematización de la imagen puede implicar un ejercicio critico situado en las condiciones escópicas en las cuales se desenvuelve la visualidad contemporánea. Al mismo tiempo, ésta reflexión puede sugerirnos algunas claves desde las cuales examinar las modalidades de observación, dentro de su particularidad histórica, cultural y política.

Ante estas premisas, la tercera versión del seminario tendrá por objetivo la puesta en escena de algunas discusiones que puedan nutrir un abordaje reflexivo de las modalidades en que se desenvuelve la visualidad a la luz de tres dimensiones de análisis: Urbanismo, Publicidad y Género.

Las discusiones en cada una asumirán temáticas que van desde miradas críticas a la construcción visual de la ciudad en el contexto de las practicas patrimoniales (caso Valparaíso), la actualidad de la reflexión biopolítica ante la circulación de las imágenes, y las regulaciones visuales y estéticas del cuerpo desde un enfoque critico del género.

* Programa
* Invitados y Expositores
* Audiovisual
* Inscripcion Seminario

http://www.contrafoco.cl/actividades/seminario-2010/programa-2010

Programa 2010
Viernes 19 de Noviembre


10:45
Inauguración
Nicolás Ríos

11:00 – 13:00
Publicidad, Biopolitica y Regimenes de lo visual
Bruno Cuneo, Victor Silva Echeto

15:00 - 16:30
La construccion de la ciudad en imagenes: Miradas criticas a Valparaíso Patrimonial
Pablo Aravena, José Llano

17:00 - 18:30
Política, Bioestética y montajes de la feminidad
Kemy Oyarzun, Pilar Errazuriz

19:00
Cierre y Vino de Honor



Sábado 20 de Noviembre


10:00 - 14:00 hrs
WORKSHOP: "Antropologia visual. El video registro, el video proceso y el video producto"
Dicta: Felipe Maturana

Metodología: La metodologia esta compuesta por dos bloques. El primero tendrá una orientación expositiva, en la cual se visualizarán experiencias concretas en las dimensiones del registro, proceso y producto (audio)visual. Luego se desarrollará un bloque practico, en el cual se abordarán los principales aspectos de una realizacion audiovisual (guion, camara, edicion y compresión), donde los asistentes podran llevar inquietudes, propuestas o materiales audiovisuales producidos por ellos para su analisis y discusion grupal.



15:30 - 19:30 hrs
WORKSHOP:"Técnicas de producción e interpretación cartográfica para el análisis de fenómenos urbanos"
Dicta: José Llano

Metodología: La presente actividad se desarrollará a través de bloques teorico-prácticos, comenzando con observaciones teoricas relativas a la práctica cartográfica (45 m), para luego ilustrar su ejercicio a partir del caso Aula Permante (35 m). Luego se desarrollará un trabajo de campo, a través del ejercicio de notaciones y observaciones conceptuales en terreno (120 m). Finalmente, se abrirá un espacio para la discusion de las experiencias desarrolladas en el transcurso de la actividad.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA FILOSOFÍA EN SEX PISTOLS. PARTE IV.

LA FILOSOFÍA EN SEX PISTOLS.
PARTE IV.
1. Del espectáculo al simulacro:en clave de cuerpos.
En los años ochenta quedaban solo huellas de la sociedad del espectáculo de Guy Debord. El movimiento situacionista se había disuelto en 1972, éste grupo que se había manifestado a la vez como neovanguardia artística, investigación experimental de la libre construcción de la vida cotidiana y como contribución a la articulación teórica y práctica de una nueva contestación revolucionaria, conservaba en los ’80 algunos endebles trazos. Hasta que en 1988, Guy Debord, publica Comentarios sobre la sociedad del espectáculo, donde matiza algunos de sus planteamientos iniciales. Entre ellos, el del espectáculo dirigido, incorporándole, además, el de espectáculo difuso. En esos momentos, la industria del espectáculo invadía, prácticamente, la mayor parte de los espacios artístico- culturales.
En el Debord inicial, el de la sociedad del espectáculo, éste no era simplemente un conjunto de imágenes, sino las relaciones sociales entre las personas mediatizadas por las imágenes.
El espectáculo reiterado en la teoría crítica social de la postguerra, asumía, además, la crisis –no hay crítica sin crisis- de esa postguerra, en el cine, pero, también, en la música y el punk era una demostración de esta crítica- crisis como toma de partido política.
En Bodies la radicalización a la conservadora sociedad inglesa de la época, asume la forma del aborto.

Ella era una chica de Birmingham
Ella acababa de tener un aborto
Ella fue un caso de demencia
su nombre era Pauline
que vivía en un árbol
Ella no era nadie
que mató a su bebé
Ella era un animal
Ella era una maldita desgracia!
Cuerpos
No soy un animal
La conjugación de zoe y bios (en terminología biopolítica, cercana a Agamben) se hace más áspera en el grano de la voz de Rotten (siguiendo ahora a Barthes). Como en la filosofía foucaulteana, el/la otro/la –animal- vivía en un árbol “no era nadie”, no hay capacidad de incluirla sino solo excluyéndola. El afuera penetrando en el adentro.
“En escena, lanzando obscenidades sobre una mujer que ha lanzado su feto abortado a una cuneta, luego sobre sí mismo”:

Arrastrado en una tabla hacia una fábrica
Ilegítimo lugar para estar
Muere un pequeño bebé… en el baño
Muere el pequeño bebé… gritando!
Cuerpos
No soy un animal.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

domingo, 7 de noviembre de 2010

En Chile: el fútbol como disparador político


Ni la resistencia mapuche, ni la desistencia de la izquierda: el fútbol pone en jaque al gobierno.


I
La elección de la Asociación Nacional Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, destapa una nueva posible intervención del gobierno de Sebastián Piñera y de su gobierno de derecha, con muchos de sus ministros interviniendo directa e indirectamente en la propiedad de algunos de los equipos de fútbol profesional.
Sebastián Piñera (presidente de la República) y Gabriel Ruiz Tagle (Ministro de Deportes) tienen propiedad en Colo Colo, Joaquín Lavín (Ministro de Educación) en Santiago- Wanders; mientras que se siguen destapando participaciones de integrantes del gobierno y parlamentarios, quienes tendrían propiedades e intereses económicos y políticos en el fútbol. La sospecha tiene sus fundamentos…
II
El jueves se llevó a cabo la elección del Presidente de la ANFP, rumbo a la reelección iba Mayne- Nicolls, reconocida su gestión por haber realizado todos los esfuerzos por contratar como técnico nacional a Marcelo Bielsa, y, éste haber logrado la mejor participación de la selección en los últimos años en las eliminatorias y en el mundial de fútbol. Después de muchas idas y vueltas y de nombres que circulaban para enfrentarse a Mayne- Nicolls incentivados por los dos principales equipos de fútbol, Universidad de Chile y Colo Colo, logran presentar al actual presidente de Unión Española, Jorge Segovia.
Lo que era poco esperable hace unos meses atrás, se transformó en un hecho, Segovia, con el apoyo de los principales equipos y otros más pequeños que cambian su voto, se transforma en el Presidente de la ANFP.
III
Luego del jueves, surgieron múltiples sospechas y voces de denuncia, sobre la posible intervención del gobierno en la elección de la ANFP, sospecha que se incrementaba al conocer los detalles sobre la propiedad de integrantes del gobierno en los principales equipos de fútbol profesional, y la cercanía mediática de Mayne- Nicolls y Bielsa con la ex presidenta Bachelet.
Periodistas, parlamentarios de la concertación, y, otros críticos, denuncian que tienen datos de llamados de integrantes del gobierno, entre ellos, el presidente Piñera, a presidentes de clubes de fútbol para que voten a Segovia y, por extensión, que boten a Mayne Nicolls.
Luego de las elecciones viene lo esperable…Bielsa renuncia y se incrementan las manifestaciones a favor de Bielsa y en contra del nuevo presidente Segovia de la ANFP.
IV
Una hipótesis de trabajo paradójica: lo que no lograron los mapuches en huelga de hambre, ni la izquierda paralizada, lo podrá lograr el fútbol. Esto es, la puesta en cuestionamiento del gobierno; los dispositivos de resistencia y acción política; la intervención de Sebastián Piñera en todos los temas económicos que involucran al país, entre ellos, el fútbol.
Si esta hipótesis se cumple, en Chile, la capacidad política de la izquierda tendría, también, que autocriticarse sus formas de acción y de transformación política- social. Lo que no hay duda, es que los dispositivos mediáticos y de espectacularización, entre ellos, el fútbol hoy cumplen un papel no menor.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Feria del libro de Santiago.



Presentación del libro de Álvaro Cuadra: Ópticas de la modernidad.

20:00

Presentación del Libro: "Walter Benjamín, ópticas de la modernidad" de Álvaro Cuadra. Presenta: Pablo Cottet y Víctor Silva. Organiza: Universidad Arcis. (CM)



http://www.filsa.cl/

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El neoliberalismo no es un tema solo económico.


2. Los dos neoliberalismos.
Dos enfoques neoliberales, a lo largo del siglo XX, conforman los nuevos territorios de la gubernamentalidad. El ordoliberalismo alemán y el neoliberalismo estadounidense. Los teóricos de ambas perspectivas, formulan planteamientos diferentes y diversos sobre la economía, la política, la cultura y la sociedad, aunque hay espacios de confluencia, fundamentalmente, desarrollados por economistas que transitaron por uno y otro país.
Una de sus principales diferencias es la relación con el Estado, así como la primera lo concibe como dispositivo que le permite su estabilidad y libre juego de precios, la segunda –más cercana al liberalismo de los siglos precedentes- le anula toda posibilidad de intervención para asegurar la competitividad. No obstante, hay momentos de convergencia. Uno de ellos, es Von Hayek, quien procede de Austria, y se traslada a Inglaterra y a Estados Unidos. En este país, es uno de los inspiradores del neoliberalismo estadounidense, el llamado anarcocapitalismo. En 1962 al retornar a Alemania es nombrado profesor en Friburgo, encontrándose con los ordoliberales.
El problema del neoliberalismo alemán, es “cómo llegar a articular la legitimidad de un Estado y la libertad de los socios económicos admitiendo” que ésta debe fundar al primero o servirle de aval (Foucault, 2008: 132).
El mercado, de acuerdo a esta concepción, se concibe como un principio de regulación económica indispensable para la formación de los precios y para, en definitiva, el desenvolvimiento adecuado del proceso económico. La tarea de la gubernamentalidad es organizar una sociedad, establecer una Gesellschafspolitik tal que esos frágiles mecanismos competitivos del mercado, pudieran actuar de acuerdo con su estructura propia. Era una Gesellschaftpolitik orientada hacia la constitución de un mercado. Los objetivos de esa política son evitar la centralización, favorecer a las medianas empresas, sostener empresas “no proletariadas” (Foucault, 2008: 276) como el artesanado, el pequeño comercio; multiplicar el acceso a la propiedad; sustituir las coberturas sociales de los riesgos por seguros individuales y regular los problemas del medio ambiente.
Uno de los principales objetivos de esa Gesellschaftspolitik es que la vida misma del individuo –biopolítica- incluida la relación con su familia, sus seguros, su jubilación, funcionen como una empresa permanente y múltiple. Como indica François Bilger, “la política sociológica se descompone (…) en muchas políticas particulares muy variadas, las principales de las cuales son (…) un ordenamiento del espacio económico, un estímulo a las pequeñas y medianas empresas y, sobre todo, una desproletarización de la sociedad gracias al desarrollo del ahorro privado y la mayor distribución posible del capital nacional entre todos los ciudadanos. Al convertir a todos los ciudadanos en capitalistas, al establecer un capitalismo popular, se eliminan las taras sociales del capitalismo, y ello independientemente del hecho de la ‘salarización’ creciente en la economía. Un asalariado igualmente capitalista ya no es un proletario” (Bilger, 1964: 186).
En el coloquio Walter Lippmann , Alexander Rustow (1939: 236) indica, en su intervención, que en interés de la productividad óptima de la colectividad y la independencia máxima del individuo, hay que organizar la economía de ese cuerpo social de acuerdo a las reglas de la economía de mercado.
En el caso de los neoliberalistas estadounidenses, utilizan la economía de mercado y sus análisis característicos para el desciframiento “de relaciones no mercantiles”, para el estudio de “fenómenos que no son estricta y propiamente económicos” sino sociales. “Para decirlo con otras palabras, la aplicación de la grilla económica a un campo que en el fondo, desde el siglo XIX, y sin duda puede decirse que ya desde el siglo XVIII, se había definido en oposición a la economía, o en todo caso como complemento de ésta, aquello que en sí, por sus propias estructuras y sus propios procesos, no compete a la economía, aun cuando esta misma se sitúe dentro de ese ámbito. Y una vez más, en otros términos, creo que lo que está en juego en ese tipo de análisis es el problema de la inversión de las relaciones de lo social a lo económico” (Foucault, 2008: 276).

2.1. El caso del capital humano.
El interés de la teoría del capital humano, radica en “el hecho de que representa dos procesos; uno que podríamos llamar el adelanto del análisis económico en un dominio hasta entonces inexplorado, y, segundo, a partir de ese adelanto, la posibilidad de reinterpretar en términos económicos y nada más que económicos todo un dominio que, hasta ahora, podía considerarse y de hecho se consideraba como no económico” (Foucault, 2008:255).
La teoría del capital humano, parte con la idea de que los economistas clásicos Adam Smith, David Ricardo, pero, también, Marx o Keynes, no analizaron el trabajo, sino que se dedicaron a neutralizarlo. Los neoliberales, entonces, reintroducen el trabajo dentro del análisis económico. Algunos de los textos iniciales son: los artículos publicados por Theodore Schultz, de la escuela de Chicago (1946- 1974), en las décadas de 1950- 1960, cuyo balance se publicó en 1971 bajo el título de Investment in Human Capital: the role of education and of research; el de Gary Becker publicado en octubre de 1962 bajo el título “Investment in human capital: a theoretical analysis” y reeditado en una edición renovada en el libro Human capital: a theoretical and empirical analysis with special referente to education en 1964 y el de Jacob Mincer “Investment in human capital and personal income distribution”. En este último artículo aparece por primera vez la expresión capital humano.
La concepción de estas corrientes es analizar el trabajo como comportamiento humano y considerar su racionalidad interna. “La economía, por lo tanto, ya no es el análisis de procesos, es el análisis de una actividad. Y ya no es entonces el análisis de la lógica histórica de procesos, sino el análisis de la racionalidad interna, de la programación estratégica de la actividad de los individuos” (Foucault, 2008: 261). El trabajo comporta un capital, esto es, una aptitud, una idoneidad, “una máquina” de flujos (Deleuze- Guattari, 1979).
Un ejemplo: “en el análisis que hacen del capital humano (…) los neoliberales tratan de explicar, por ejemplo, que la relación madre- hijo, caracterizada concretamente por el tiempo que la primera pasa con el segundo, la calidad de los cuidados que le brinda, el afecto que le prodiga, la vigilancia con que sigue su desarrollo, su educación, no sólo sus progresos escolares sino también físicos, no sólo su manera de alimentarlo sino también de refinar la alimentación y la relación alimentaria que tiene con él, todo eso representa para ellos, los neoliberales, una inversión, una inversión mensurable en el tiempo” (Foucault, 2008: 280). Y lo que va a constituir esa inversión es el capital humano del niño que producirá una renta. Ésta será el salario del niño cuando se haya convertido en adulto. Y, para la madre, la inversión será la renta psíquica que consiste en la satisfacción que experimenta al cuidar del niño y ver que esos cuidados dan frutos. Ganancia de capital invertido, económica y psicológica, en la formación del capital humano del niño.

2.2. El tema del crimen, del castigo y de los speech act.
Similar al caso del trabajo y del capital humano, es el caso de la criminalidad. Es decir, así como en el trabajo, los neoliberales dejan de plantearse el problema desde el punto de vista del capital o del proceso económico y lo trasladan a quien toma la decisión de trabajar; y, con referencia al capital humano, su inversión es en el “sujeto”; en la mirada sobre la criminalidad se pasa de la masa a la visión individualizada de quién comete un delito. “El criminal es cualquier hijo de vecino. Es una persona cualquiera o, en fin, se lo trata como a cualquier otra persona que invierte en una acción, espera de ella una ganancia y acepta el riesgo de una pérdida (…) Se ocupará de una conducta, de una serie de conductas que producen acciones, y estas acciones, de las que los actores esperan una ganancia, son afectadas por un riesgo especial que no es la mera pérdida económica sino el riesgo penal e incluso el de esa misma pérdida económica infligida por un sistema penal. El propio sistema penal, por lo tanto, no tendrá que enfrentarse con criminales, sino con gente que produce este tipo de acciones. En otras palabras, tendrá que reaccionar ante una oferta de crimen” (Foucault, 2008: 293).
En esas condiciones, el castigo –tal como lo analiza Arthur Cecil Pigou en 1920- es el medio que permite limitar las externalidades negativas de determinados casos. Cuando se refieren a externalidades, están describiendo los costos y beneficios monetarios o no monetarios resultantes de los fenómenos de interdependencia social. Para los defensores del Estado de bienestar, estas externalidades darían cuenta del fracaso de la economía de mercado, ya que exigen la intervención pública.
Con algunas diferencias, estos planteamientos están cercanos a Beccaria o a Bentham, hay que recordar que ambos teóricos del utilitarismo plantearon sus teorías en sendos tratados de economía y no en la exclusividad de la teoría penal. Los neoliberales, en ese contexto, articularán de modo diferente el tema del castigo, ya no es –como en la teoría clásica- que del castigo se espere la articulación de efectos heterogéneos (el problema de la recuperación, que es un tema de orden civil, el de la enmienda del individuo; el de la prevención de un individuo con otros), sino que van más atrás con la pregunta interrogándose sobre qué es la ley. Ésta, no es otra cosa, que la prohibición, es una realidad discursiva e institucional (no discursiva), es –siguiendo la tradición pragmática anglosajona- un speech act que tiene una serie de efectos .
Es esa realidad de la ley la que se formula por efectos de la fuerza de ley. “El enforcement of law es más que la aplicación de la ley, pues se trata de toda una serie de instrumentos reales que es obligatorio poner en juego para aplicarla. Pero es menos que el fortalecimiento de la ley, en la medida en que fortalecimiento querría decir que la ley es demasiado débil y es preciso agregar un pequeño complemento o hacerla más severa. El enforcement of law es el conjunto de los instrumentos puestos en práctica para dar a ese acto de prohibición en que consiste la formulación de la ley una realidad social, una realidad política, etc…” (Foucault, 2008: 295).
El enforcement of law es el conjunto de instrumentos de acción sobre el mercado del crimen que opone a su oferta una demanda negativa. En ese contexto, actualmente, se ubican diversos mercados como el de la droga; la venta paralegal de diversos productos de música, cine, alimenticios, etc.; que, sin ser reducida a cero su comercialización, forman parte de un mercado paralegal que intenta ser regulado gubernamentalmente.
Pero, también, la fuerza de ley tiene otro significado, producto de la complejidad de la traslación y de la traducción entre lenguas.
En octubre de 1989 en la Cardozo Law School, en un coloquio sobre “Deconstruction and the possibility of justice”, Jacques Derrida, leyó un texto sobre la fuerza de ley. En ese mismo coloquio, se distribuyó entre los participantes el texto “Nombre de pila de Benjamin”. Ambas conferencias tenían como eje común el fantasma de Benjamin y, fundamentalmente, de su texto “Para una crítica de la violencia”. En la intervención, titulada “Del derecho a la justicia”, y, referida a fuerza de ley, el fundamento místico de la autoridad, Derrida deconstruye –como ya lo había hecho 70 años Benjamin- la relación entre derecho y justicia, “los deslizamientos equívocos entre derecho y justicia” (1997: 12).
Dirigiéndose en inglés al público asistente, y considerando que hay expresiones en inglés que no tienen ningún equivalente estricto en francés, una de las primeras referencias es a los sintagmas: “to enforce the law” o “enforceability of the law or of contract”. Dice Derrida (1997:15): “Cuando, por ejemplo, se traduce en francés ‘to enforce the law’ como ‘aplicar la ley’, se pierde esta alusión directa, literal, a la fuerza que, desde el interior, viene a recordarnos que el derecho es siempre una fuerza autorizada, una fuerza que se justifica o que está justificada al aplicarse, incluso si esta justificación puede ser juzgada, desde otro lugar, como injusta o injustificable”. Kant ya recordaba que no hay derecho sin fuerza…Entonces, se cruza no solamente la aplicabilidad de la ley sino, la fuerza de ley, que no implica, necesariamente una ley como tal sino un conjunto de resortes de derecho que no son necesariamente leyes pero que tienen fuerza de ley. En el caso económico esto es bastante usual.
Décadas después de la conferencia de Derrida, en la segunda parte de Homo Sacer, Giorgio Agamben, acerca el tema de la fuerza de ley al estado de excepción. Aunque éste no es el tema del presente texto, si es de interés la reflexión del teórico italiano, ya que vincula la reflexión a la distinción moderna, no siempre exacta, entre enforce the law y force the law: “(…) la doctrina moderna distingue entre eficacia de la ley, que corresponde de forma absoluta a todo acto legislativo válido, y consiste en la producción de efectos jurídicos, y fuerza de ley, que es, a diferencia del anterior, un concepto relativo, que expresa la posición de la ley o de los actos equiparables con respecto a otros actos del ordenamiento, que están dotados de fuerza superior a la de la ley, como en el caso de la constitución, o de fuerza inferior, como los decretos o los reglamentos emanados del poder ejecutivo” (Agamben, 2004: 58).

lunes, 1 de noviembre de 2010

El neoliberalismo no es un tema solo económico. 1º parte.



Ordoliberalismo y Neoliberalismo: penetración biopolítica en Argentina, Chile y Uruguay.
1º parte

“Muchos pensadores siguieron a Foucault por esta senda y problematizaron con éxito el Estado del bienestar”.
Michael Hardt y Antonio Negri



1. Introducción.
La presente investigación se ubica en la convergencia entre la “economía política de la cultura” y la “teoría crítica de la cultura”. Es, por ello, que el planteamiento inicial es que el neoliberalismo, tanto en su vertiente alemana (ordoliberal ) como estadounidense (neoliberal) no es simplemente un tema económico sino que, además, es un problema de corte epistemológico, cultural, penal y filosófico. Así, la traslación del tema criminológico a otras esferas, como, por ejemplo, las ciencias, la economía o la educación, va la de mano con la importancia que adquiere el neoliberalismo desde las primeras décadas del siglo XX.
A esto se le suma, su radiación a los países sudamericanos, fundamentalmente, desde la segunda mitad del siglo pasado. Es, por ello, que un análisis, en profundidad, de las principales características del ordoliberalismo y del neoliberalismo y su posterior extensión por América del sur, permitirá explicarse muchas de las políticas que, para los efectos de este estudio, se llevaron a la práctica tanto en la postdictadura chilena como en la argentina.

1.1. El neoliberalismo como problema epistemológico.
En Nacimiento de la biopolítica, curso paradójico que dicta Michel Foucault en el Collège de France en 1978- 1979, ya que, aunque se lo había propuesto no se refiere directamente a la biopolítica , sino al neoliberalismo, sostiene “que en Alemania a comienzos del siglo XX”, es Max Weber quien “actúa a grandes rasgos como la persona que ha desplazado el problema de Marx”, sirviendo de punto de partida tanto de la escuela de Friburgo (ordoliberal) como de sus vecinos de Frankfurt (Foucault, 2008: 134). Si Marx analizó la lógica contradictoria del capital, Max Weber, en cambio, introdujo en la reflexión sociológica, económica y política de Alemania la lógica contradictoria del capital como el de la racionalidad irracional de la sociedad capitalista.
“Ese paso del capital al capitalismo, de la lógica de la contradicción a la división de lo racional y lo irracional” (Foucault, 134), fue incorporado en el análisis tanto por la escuela de Friburgo como por la de Frankfurt. Aunque desde caminos inversos, ambas buscan analizar la racionalidad irracional del capitalismo. El problema de los frankfurtianos (Horkheimer) era determinar cuál podría ser la nueva racionalidad social capaz de definirse y formarse con el objeto de anular la irracionalidad económica, en cambio, el tema de los ordoliberales (como Eucken) es el desciframiento de la racionalidad irracional del capitalismo, por tanto, se trata de definir la racionalidad económica que permita anular la irracionalidad social del capital.
La deriva del neoliberalismo alemán, en ese contexto y desde el punto de vista epistemológico, se vincula tanto con el pensamiento de Max Weber, como con el neokantismo y con la fenomenología. Es así que el mencionado Walter Eucken, fue discípulo de Alfred Weber, hermano de Max Weber, a comienzos del siglo XX. Paralelamente, Eucken al ser designado profesor de economía política en Friburgo en 1927, conoce a Husserl . Se vincula, entonces, a la fenomenología, y conoce, además, a juristas que estaban transformando la teoría del derecho en Alemania, a comienzos del siglo XX, con un piso fenomenológico para escapar tanto de las restricciones del historicismo del siglo XIX como de la concepción formalista, axiomática y estatal de Kelsen.
El cuestionamiento de que la economía, tal como pensaba el liberalismo del siglo XIX, se guiaba por una naturalización de las relaciones de mercado, lleva a algunos de los ordoliberales a acercarse a la fenomenología, es decir, al proceso de construcción de sentido y significación para trasladar la racionalidad económica a la irracionalidad social.
Por lo tanto, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo de los siglos precedentes; tampoco es, simplemente un tema económico; ni un movimiento uniforme al interior del capitalismo, y, por ello, se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
Los debates sobre la disciplina que, inicialmente, eran un tema de corte penal, se trasladarán, entre otras esferas, a las ciencias, considerando la separación disciplinaria como el tema central de la construcción de las epistemes. Las ciencias pasan a ser disputadas en el campo disciplinario. El pan- óptico no es, solamente, un modelo de control penal, sino que es, fundamentalmente, un paradigma económico. La vigilancia se instalará sobre las ciencias y sobre los cuerpos. Paralelamente, también, el Estado se encontrará bajo la vigilancia del mercado antes de que el mercado sea vigilado por el Estado. Es la inversión del liberalismo tradicional, en la medida que en lugar de aceptar una libertad de mercado definida por el Estado y mantenida bajo la vigilancia estatal, se propone la libertad de mercado como principio organizador y regulador del Estado, desde el comienzo hasta las últimas formas de sus intervenciones.
La ley, en ese contexto, será la fuerza performativa que regirá el modelo penal pero, también, el paradigma económico y cultural. Como en la alegoría kafkiana, la entrada por la puerta de la ley, es el ingreso al paradigma económico y socio- cultural.
Por ello, a diferencia del neoliberalismo estadounidense, el ordoliberalismo alemán, ideólogo de la socialdemocracia, no intenta anular al Estado, sino que la ley, en él, cumple el papel de transmitir una variedad de seguridades frente a la inseguridad social. Entre ellas, se ubica, además, como veremos más adelante, la investigación científica.

El neoliberalismo no es un tema solo económico.

Ordoliberalismo y Neoliberalismo: penetración biopolítica en Argentina, Chile y Uruguay.

Víctor Silva Echeto.
Universidad de Playa Ancha. Chile.


Palabras clave: neoliberalismo/ gestión del Estado/ capital humano avanzado.

Resumen:
Dos enfoques neoliberales, a lo largo del siglo XX, conforman los nuevos territorios de la gubernamentalidad. El ordoliberalismo alemán de las primeras décadas del siglo anterior y el neoliberalismo estadounidense de la segunda mitad. Los teóricos de ambas perspectivas, formulan planteamientos diferentes y diversos sobre la economía, la política, la cultura y la sociedad.
Una de sus principales diferencias es la relación con el Estado, así como la primera lo concibe como dispositivo que le permite su estabilidad y libre juego de precios, la segunda –más cercana al liberalismo del siglo XIX- le anula toda posibilidad de intervención para asegurar la competitividad.
Paralelamente, se pueden encontrar cuatro ideas iniciales en el análisis que se puede emprender sobre las dos formas de neoliberalismo: primero, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo; segundo, el neoliberalismo no es, tampoco, simplemente un tema económico; tercero, el neoliberalismo no es un movimiento uniforme al interior del capitalismo; cuarto, el neoliberalismo se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
La crítica, de este tipo de liberalismo, apunta directamente a la inflación con que se analiza el papel del Estado, que tienen sus antecedentes en la crítica ordoliberal (neoliberal), que desde la primera y la segunda década del siglo XX, se emprende contra el Estado en todas sus formas: proteccionistas, estatistas, socialistas, comunistas y fascistas. Para éstos, el fascismo, en su versión más radical en la Alemania hitleriana, fue una deriva del proteccionismo estatal. Von Hayek, decía, “muchos se niegan a reconocer que el ascenso del fascismo y el nazismo no ha sido una reacción contra las tendencias socialistas del período anterior, sino un resultado inevitable de estas mismas tendencias”.
La deriva del neoliberalismo, epistemológicamente, se vincula con el pensamiento de Max Weber, la fenomenología y, aunque parezca más extraño aún, con la teoría crítica (aunque en movimiento inverso).
Un aspecto que no deja de llamar la atención es la influencia que ambos neoliberalismos, ejercen en América del sur, por una parte, el ordoliberalismo en Argentina, a partir de la llegada de Van Mises a Buenos Aires en 1959, y, por otra parte, del aterrizaje de los llamados “chicos de Chicago” a Chile durante la dictadura cívico- militar.
Se analizarán temas claves para el neoliberalismo y su relación con el Estado en el contexto de la sociedad del conocimiento y de la biopolítica, entre ellos, el del capital humano avanzado, la sociedad del riesgo, la educación por competencias, la seguridad, el estado de excepción y la investigación aplicada.