domingo, 11 de diciembre de 2011

Crisis

DISCONTINUIDAD, DESTRUCCIÓN Y CRISIS

I
Esto no es una crisis sino una estafa. La crisis no es un concepto negativo sino una discontinuidad que destruye un estado de sedentarismo. Lo que se vive es una estafa. Tiene nombres y apellidos, no eufemismos como "mercado" o familiares desconocidos: "prima de riesgo".
Walter Benjamin fue el pensador de la “destrucción”, como también, Martín Heidegger. En Benjamin destrucción es horadar, abrir espacios, destruir el estado de cosas que intenta mantener lo vigente, establecido y fijo. Destruir es crear, un acto como creación y acción. Veo a Luana destruir y crear.

II
Marx ya indicaba que “todo lo sólido se desvanece en el aire”. El capitalismo es el desvanecimiento de lo sólido, la burguesía la clase revolucionaria. Esto no es una crisis sino una estafa. No dejemos que se nos apropien de los significantes. Lo que nos queda es destruir ese orden de significantes y poner en cuestionamiento la metafísica del capitalismo desde la lucha por el lenguaje. Veo a Luana rearmar significantes.

III
¿Por qué no cuestionar el orden metafísico del lenguaje? ¿Por qué no cuestionar la democracia? La democracia ha sido el instrumento de consolidación del capitalismo. “Un espectro recorre el mundo…”: sí, es el comunismo. Crear y destruir: comunismo y anarquismo, anarco-comunismo o comunismo libertario. Derrida se refería a “una democracia por venir…”, ese es el aspecto revolucionario de la democracia, no lo ya definido, consolidado y sólido. Veo a Luana rearmando asambleas con juguetes, sus participantes son osos, patos, ratonas, gatos y perros.

IV
Hay una poética revolucionaria, performativa, activa, espectral y virtual. Es domingo y los diarios hablan de crisis. Esto no es una crisis, es una estafa. Los partidos políticos mayoritarios, los grandes medios de comunicación, la televisión con sus imágenes adormecedoras, la sociedad del espectáculo, son aliados y parte de esta estafa. La justicia no es derecho porque el derecho no es justo. El discurso no es justo porque te obliga a decir. La palabra es binaria y selectiva. Nos miramos con Luana y asumimos que lo más revolucionario es el silencio y el gesto.

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