martes, 23 de octubre de 2018

sobre Harun Farocki


Salida de los obreros: la puerta de la fábrica como intersticio


I
En el prólogo a Desconfiar de las imágenes, Georges Didi-Huberman (2013), se pregunta “Cómo abrir los ojos”, al no tener la marca de los signos de interrogación, la pregunta se me antoja retórica. No obstante, páginas más adelante, Didi-Huberman, se refiere al cine de Harun Farocki como una combinación entre acción, pasión y pensamiento. Sabemos que la pasión es una de las primeras imágenes-espectáculo-en movimiento, y que hay un tipo de cine (Godard, Pasolini) que es imagen-acción e imagen-pensamiento (es decir, moviliza nuestros intentos de comprender el entorno, el pensamiento es duda, no certeza, por eso atrae a la imagen). Es más, Didi-Huberman, se refiere a un cine que plantea interrogantes sin proporcionarnos respuestas (y quizás ni nosotros las tenemos. Aporía).
Pero el cine pensamiento, no es una imagen que tranquiliza nuestras conciencias, sino que eleva nuestro pensamiento “hasta el enojo”. Eleva “el propio enojo, hasta el punto de quemarse uno mismo… para denunciar serenamente la violencia el mundo” (Didi-Huberman).



II
Georges Didi-Huberman en ese texto se refiere fundamentalmente a Fuego inextinguible. Pero qué ocurre con otros filmes de Farocki, fundamentalmente, con Trabajadores saliendo de la fábrica. El filme parte de la conocida película de los hermanos Lumière: Los obreros saliendo de la fábrica, para, a partir de allí, realizar una investigación visual-arqueológica sobre la puerta de la fábrica como entrada-salida, como huida y violencia, como imagen de la masacre del mundo (las benjaminianas imágenes de los cadáveres y los escombros).
En un texto publicado en la revista Meteor en 1995, explica Farocki que la película de los Lumière de 1895, dura 45’’ “y muestra a unos cien empleados de la fábrica de artículos fotográficos  de Lyon-Montplaisir saliendo de la fábrica por dos portones y abandonando la imagen por ambos lados”.


https://www.youtube.com/watch?v=qPC5Nx8y5Yk

Durante doce meses, Farocki, se dedicó a “registrar la mayor cantidad de variaciones posibles del tema de esta película”, es decir, los empleados dejando su lugar de trabajo. “Encontré ejemplos en documentales, en películas sobre la industria, en noticieros y largometrajes de ficción”. Dejó de lado los archivos televisivos, que disponen de una cantidad ingente de archivos visuales sobre cualquier tema.




La imagen-catástrofe: “Berlín, 1934: los trabajadores y empleados de los talleres de Siemens abandonan encolumnados el terreno de la empresa para sumarse a una manifestación nazi. Vemos una columna de lisiados de guerra y también mucha gente con guardapolvos blancos, como si quieran ilustrar la militarización de la ciencia”.
Imagen-disciplinamiento- imagen-vigilancia: fábrica cuartel, República democrática de Alemania, 1963.
“En 1895, la cámara de los Lumière enfocó el portón de la fábrica, y se convirtió en la precursora de las tantísimas cámaras de vigilancia que hoy en día producen a ciegas y automáticamente una cantidad infinita de imágenes para proteger la propiedad privada”. Hace dos décadas, Paul Virilio alertaba sobre la “nueva industrialización de la visión” y todo lo que suponía en términos “de cuestiones éticas”, de control y vigilancia. O, en otro registro, Harun Farocki, filmando la arqueología de la “industrialización de la visión”, desde la guerra y el trabajo. Esos fenómenos de destrucción y de auto-destrucción, para Farocki, implican un detenido trabajo con las imágenes, provocando las/y/ a las miradas. “Las cámaras que controlan muros, alambrados, depósitos, techos, patios llegan ahora al mercado con sensores automáticos de movimiento (Video Motion Detection): estas cámaras  pueden desestimar un cambio en la iluminación o en el contraste y estás programadas para poder diferenciar  un movimiento irrelevante de una amenaza real (la alarma suena cuando una persona se trepa al alambrado pero no cuando pasa un pájaro volando)”.

Nuevo tipo de archivo, o, nuevo tipo de mal de archivo: “¿por qué reelaborar hoy día un concepto del archivo? ¿En una sola y misma configuración, a la vez técnica y política, ética y jurídica?” (Derrida)  Los desastres que marcan el fin de milenio y el inicio del siglo XXI, son archivos del mal: “disimulados o destruidos, prohibidos, desviados, ‘reprimidos’”.

La primera cámara de la historia del cine enfocó una fábrica, pero hoy la fábrica atrae poco al cine. Más bien, se filma lo que está después del trabajo. Sociedad postindustrial, capitalismo tardío.



III
En Metrópolis de Fritz Lang (1927), la imagen futurista es la de obreros con los mismos uniformes y realizando, en forma uniforme, los mismos pasos.
Pero esa no es la imagen actual, el capitalismo ya no quiere la uniformidad, sino que se ha desplazado. “El capital (o en el lenguaje de Metrópolis: los dueños de las fábricas) no pretenden que los esclavos del trabajo tengan una apariencia uniforme”.

https://www.youtube.com/watch?v=VbQzIToZNNQ

IV
Charles Chaplin en la cadena de montaje y la policía echándolo después de una huelga…

https://www.youtube.com/watch?v=9-4UyAt4NP4&t=32s

Marilyn Monroe estuvo al frente de la cadena de montaje de una fábrica de pescado en un filme de Fritz Lang…

Estrellas del cine como obreros… Gánster en Estados Unidos controlando los sindicatos. Harun Farocki pasa de la comparación del obrero –en la iconografía cristiana- con el santo a la emulación del ¿gánster o del bandido?

V

En 1986 se produce el encuentro entre Vilém Flusser y Harun Farocki. El encuentro fue filmado en video. En él se discute la hegemonía de las imágenes y de su poder en la programación de nuestra visibilidad. El tema es una de las preguntas centrales en sus dos obras, como si el cineasta y el filósofo estuvieran hablando de la misma cosa, aunque de manera diferente y complementaria.

“Farocki: Traje el diario de hoy, que se llama justamente Bild (imagen). Quisiera examinar con usted la primera plana, ver como se interrelacionan en ella imagen y texto qué significado tienen  aquí las imágenes.
Flusser: Esta primera plana es muy interesante, porque rompe con las dos relaciones convencionales entre texto e imagen: una imagen que ilustra el texto o, al revés, un texto que explica una imagen. Pero aquí vemos cómo ambas formas de comunicación comienzan a interpenetrarse. El texto juega en función de la imagen y la imagen en función del texto, y ambas se ponen en jaque entre sí”.
Se fijan en la fotografía de un cadáver, y el título “noche sangrienta”.
La puerta de la fábrica se cierra.

  
  

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