Blog de Víctor Silva Echeto. máquina de escritura que, en su exceso, fagocita significantes.
miércoles, 25 de mayo de 2011
Diario de la plaza Día 6.
Diario de la plaza
Día 6.
I
La trama discursiva se hace más espesa.
Mientras que, por un lado, los partidos políticos continúan con su lógica (podríamos decir ilógica pero es muy potente lo ilógico para reducirlo y banalizarlo tanto) de debate como si no hubiera pasado nada desde el 15-M, es decir, lo previsible y esperable: el PP pidiendo la renuncia de Zapatero, luego de la votación del domingo 22 de mayo; el PSOE se cierra en su muralla del aparato del Estado, sosteniendo que se mantendrán los próximos 10 meses. No hay grandes cambios en la discursividad. Los medios de comunicación, afines a la derecha, profundizan y, en algunos casos, radicalizan la discursividad del PP, incentivando golpes de estados mediáticos; mientras que los cercanos al PSOE se mueven más o menos en la misma línea. En Cataluña, CIU, se encuentra con la encrucijada de apoyar a Albiol en Badalona para recibir, a su vez, el voto del PP en Barcelona. Todo muy previsible…
Pero, los discursos y las imágenes son tramas espesas y densas, son más connotaciones que denotaciones o, en otra terminología, más cercana a Barthes, son tramas obtusas y no obvias. Diría que, mientras los partidos políticos se mueven en lo denotativo y lo obvio, los movimientos socio-culturales que, intentan subvertir estos mecanismos previsibles, deberían de moverse entre la connotación y lo obtuso. La plaza y las redes no deben transformarse en movimiento “respetables” aceptando el juego macabro de la televisión y las pantallas de la previsibilidad.
II
Cada vez más la filosofía política asume un tipo de discursividad biologicista.
Mientras que Esposito apuesta por plantear, en el contexto de la biopolítica, la relación entre comunidad, democracia e inmunidad, y este tercer término “opera” (nunca mejor dicho) como un entre o intersticio entre la comunidad y la democracia, es decir, esa pieza que hace que no calce la comunidad en la democracia. Otros teóricos se refieren a la anestesia, como el gran descubrimiento que nos permite aguantar el dolor, hasta el dolor de lo que nos oprime. Son interesantes o, por lo menos, creativas maneras de afrontar este presente en presente.
III
Frente a la violencia de la representación (del aparato del Estado) aparece la performatividad, es decir, la acción de la violencia no mediada. Los diversos movimientos que, en múltiples plazas y redes, hoy cuestionan la idea de vocero, tensionan a los medios de comunicación. ¿Cómo que no hay vocero? o, por otro lado, ¿qué es eso de que cambian los voceros? Ya pasó en Chile, en el año 2006, en la movilización de los/ las liceales (institutos), llamados/as los/las pingüinos por el estilo de sus vestimentas. Mientras un Ministro de Educación (de nombre y rostro olvidados) llamaba a un vocero para dialogar, ingresaban miles y miles de estudiantes a esas reuniones, poniendo en jaque al aparato del Estado. Se podría hablar de movimientos que cuestionan la identidad, la jerarquía, la lógica de la representación y de la mediación, en definitiva, del vocero- de-la-comunicación.
IV
En un conocido texto de W. Benjamin, Para una crítica de la violencia, en las primeras décadas del siglo pasado, el crítico ya cuestionaba esa violencia de la representación. Crítico con la democracia burguesa, Benjamin apostaba por una extraña mezcla de marxismo y anarquismo. Ahí, para el teórico, estaba la apuesta surrealista.
Luego vendrán los ’60 y el situacionismo. Éstos plantearán que las situaciones se crean, recrean, construyen, deconstruyen, se subvierten e invierten.
Esa es una apuesta, crear situaciones. En este caso, ya la ocupación de la plaza fue una creación de situaciones.
Ahora habrá que plantearse otros saltos hacia la re-vuelta, para no terminar siendo una pieza de Realty con altos índices de audiencia, para los/las que observan detrás de una pantalla, cada vez menos inocentes, y no tienen más gestos que el movimiento de sus manos con el mando a distancia para cambiar de canal. En ese espacio, o no lugar, es donde deberían de transformarse los discursos mecánicos, en máquinas que tensen las tramas.
Así que a tramar las tramas.
En Valencia, a 25 de mayo de 2011.
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