sábado, 21 de mayo de 2011

Manifestaciones en las plazas de España.


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Retorno a la plaza
I
En estos días, se ha vivido en todo el territorio español, las manifestaciones político-sociales, más importantes de las últimas décadas. Algunos/as analistas llegan a compararlas con el mayo francés y otros/as, un poco más arriesgados/as y generalmente desde otros países, con las protagonizadas en diversos países del norte de África y, fundamentalmente, las observadas en Egipto.
Hay análisis, también, que se centran en el papel que están jugando las mal llamadas, redes sociales, o red de redes.
II
Lo que estas manifestaciones están aportando, además, es un cambio en el conjunto de las tácticas y las estrategias políticas, porque de lo que hablamos es de política y de lo político, no de otra cosa. Estas transformaciones se hacen presente, entre otras cosas, en: 1) la puesta en cuestionamiento de las jerarquías, 2) la crítica a la mirada totalizadora y universal, 3) la no existencia de voceros permanentes, 4) el cruce entre lo masivo y lo singular, 5) la homogeneidad y la inmanencia que tensiona lo jerárquico y universal, 6) la emergencia de lo micro- político, 7) la transversalidad del movimiento, 8) el cuestionamiento a que la política sea simplemente un juego de partidos y la reivindicación de lo político como ontología del presente, de lo singular y de la subjetivación, 9) los cruces y mezclas generacionales y de género, 10) las redes rizomáticas que unen heterogeneidades, 11) lo nómada del movimiento y 12) la multiplicidad de lo biopolítico.
III
Hasta no hace mucho se planteaba que lo público (lo político) se oponía a lo privado, la técnica a lo natural, lo real a lo virtual, lo presente (actual) a lo pasado, lo objetivo a lo subjetivo, y otras oposiciones más, propias de un sistema binario. Se podría sumar lo sistémico a lo antisistémico, el movimiento a lo quietud… Sin embargo, no hay oposiciones tan claras ni tan simples, lo complejo desborda, salta por los poros y abre grietas. La red de redes (Internet) no se opone a la plaza sino que la desborda, la virtualiza, muta en múltiples pantallas, transgrede por su carácter aporético, ambiguo, ambivalente y simulado. Hay que horadar y simular.
IV
Mientras tanto los medios de comunicación oligopólicos, los partidos políticos, se paralizan, piden represión, no entienden lo que ocurre, lo complejo y heterogéneo no puede ingresar en una lógica estructurada en torno a la simplicidad.
Pero, mientras eso ocurre, todos/as estamos en la plaza, somos una gran comunidad (en el sentido de Blanchot) que producimos el acontecimiento, lo que ocurre mañana ya no forma parte del acontecimiento. Es una ontología del presente.


Escrito en la plaza del ayuntamiento de Valencia, a 20 de mayo de 2011.

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